Opinión

El gobierno de 1963 tenía bien claro lo que se tenía que hacer para encarrilar a la nación por los caminos del progreso y el desarrollo. Convencido de eso el presidente Bosch quería contar con los auspicios de la firma Kaiser Corporation, con el fin de impulsar un plan encaminado a electrificar totalmente al país.

En esa gestión gubernamental, seguro de que el país iba a necesitar mucha energía eléctrica para poner en práctica su programa de desarrollo industrial, Bosch dispuso la multiplicación de la producción de ésta por 5 ó 6 veces, y la construcción de las presas e hidroeléctricas de Taveras y Valdesia.

Esas obras y el acueducto Valdesia-Santo Domingo, para cuya ejecución -conjuntamente con otras obras- el gobierno había obtenido un préstamo de 150 millones de dólares, procuraban resolver el problema de agua de la Capital, irrigar unas 580 mil tareas de tierras productivas y mojar unas 800 mil tareas más, las cuales tendrían una producción mínima asegurada de 32 millones de pesos al año.

Asimismo, las dos presas en conjunto producirían un total de 257 millones al año de kilovatios-hora de energía eléctrica, lo que generaría a su vez un incremento de 9 millones de pesos al año al Estado Dominicano, conforme con los diarios de la época y el libro ¿Cómo fue el gobierno de Juan Bosch? Del licenciado Félix – Felucho- Jiménez.

Siguiendo con el aspecto energético, el gobierno de Bosch dio inicio, a principio de junio de 1963, a los trabajos de lugar para llevar la energía eléctrica a Montecristi. Con mucha anterioridad habían arrancado los de Nagua y otras localidades.

Empeñado en garantizarle agua de buena calidad a la población, a parte del acueducto de Valdesia-Santo Domingo (que 30 años después fue cuando vino a construirse), el presidente Juan Bosch dispuso a principio de su gestión la construcción de varios acueductos urbanos y 300 rurales.

El 24 de junio anunció estudios tendientes a aprovechar las aguas del río San Juan y otras fuentes de la zona sureña; en julio instaló las bombas necesarias para abastecer de agua potable a Santiago y Moca; y en agosto de 1963 ordenó la construcción del acueducto de La Romana y un alcantarillado en los sectores Ozama y María Auxiliadora, de Santo Domingo.

En el área agropecuaria, en tan sólo 6 meses, el gobierno de Bosch recuperó cerca de 500 mil tareas de tierras que habían estado en poder del dictador Rafael Leónidas Trujillo y sus allegados, y un promedio de 1,513 familias campesinas fueron beneficiadas con 95 mil 950 tareas de terrenos, según los periódicos citados.

A principios de 1963 Don Juan ordenó realizar un estudio sobre las aguas del río Yuna para impulsar la agricultura de seis provincias de la parte Norte del país y en un municipio del Este; en marzo garantizó que se pusieran en condiciones de producir unas 40 mil tareas en Nagua y otras 347 en Azua, y en mayo, a través del Ministerio de Agricultura, inauguró en La Vega la tercera Agencia de Extensión Agrícola.

Además, se vacunaron millares de cerdos a nivel nacional contra el cólera porcino; mientras que en agosto dispuso la construcción de 300 pozos para mojar unas 200 mil tareas en la finca El Sisal, en Azua; y en septiembre el Banco Agrícola anunció la construcción de un gran almacén en Baní (un centro de acopio) para depositar la cosecha de varios productos.

Fueron notorias las acciones emprendidas por las autoridades para mejorar y elevar la producción agrícola, avícola, porcina, bovina y pecuaria de la República Dominicana.

El gobierno de 1963 también se esforzó por garantizar viviendas seguras y adecuadas a los dominicanos, y en ese caso habían llamado a concurso para dar inicio al novedoso proyecto de construcción de las Villas de la Libertad, que serían concentraciones de 200 ó 300 casas para campesinos.

A parte de otorgarle las viviendas -que serían entregadas en su primera etapa a personas que trabajaran en las zonas cañeras- a cada familia campesina que resultare favorecida se le iban a entregar 100 tareas de tierras para que laborasen y, así, aparte de contribuir con el aumento de la producción agrícola, se pudieran ganar su sustento.

Independientemente de las Villas de la Libertad, en abril el gobierno proyectaba levantar un complejo habitacional de 5,000 casas con fondos del Estado, de los propios beneficiarios y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y en mayo entregó 10 viviendas del tipo X doble entre familiares que ocupaban el edificio de la escuela Paraguay.

Ocho días antes del golpe de Estado, contemplaba desarrollar proyectos habitacionales en Guerra, Distrito Nacional; Cabrera, Madre Vieja y Palenque, en San Cristóbal; Palmar de Ocoa y Matanzas, en Peravia; Juma, en Bonao; La Guajaca, en Montecristi; y Cajilla, en Santiago de los Caballeros.

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