En un programa matutino de una emisora radial dedicada a favorecer a los adversarios del PLD alguien afirmaba: «Favorezco la reelección aunque no votaría por Danilo, pero garantiza que Leonel no sea el candidato».
Hablando se delatan porque en esa expresión se denota que la tasa de rechazo contra Leonel es la misma tasa de rechazo contra Danilo, porque es contra el PLD.
Desde el inició del mandato de gobierno de Danilo, en 2012, se diseñó entre los adversarios del PLD una estrategia para reducir a Leonel y no tocar a Danilo. Claro, Danilo no podía reelegirse, en cambio, Leonel no tiene impedimento constitucional.
Hubo quienes, estando en el gobierno del PLD, se sumaron subrepticiamente a la campaña, demostrando escaso desarrollo político. Apostaron a que si se reducía el posicionamiento de Leonel, iba ser más fácil obligar a Danilo y al PLD a modificar la Constitución para la reelección.
Esa estrategia descansó sobre bases débiles. Primero, jugaron a la división buscando enfrentar a los dos líderes. Se desconoció la entereza de Leonel quién se detuvo a defenderse con arte e inteligencia, teniendo por demás tiempo suficiente por haber empezado muy temprano la campaña en su contra. En cambio, esa campaña dejó a un lado a Danilo y eso le permitió gobernar tranquilamente. Por demás, templaba mucho más a Leonel, sin excluir al Partido que fue fundado para gobernar bajo tormentas destructivas.
No está demás decir que a los promotores reeleccionistas no les importó las consecuencias de sus acciones y que también afectaron a los pre candidatos que iniciaron la promoción de sus aspiraciones temprano, pero quedaron atrapados en medio de un empujar la reelección y un Leonel que con astucia e inteligencia se defendía.
El que se agacha mucho enseña el refajo, dice la gente del pueblo. Ahora se evidencia que «los intrusos» maltrataban a Leonel para dañarlo y terminarían desacreditando a Danilo, y así sacar al PLD del poder.
El último y más reciente esfuerzo sella el fracaso, cuando «intrusos» y funcionarios sin peso en el PLD, creyendo oportuno crear un ambiente favorable a la reelección, han provocado ruidos y hasta opiniones «jurídicas» sobre la reforma constitucional.
Se sabe que la Reforma a la Constitución no es solo que el Comité Político y el Comité Central del PLD se pongan de acuerdo. Se requiere cumplir con los procedimientos establecidos en la misma Constitución. Cuando el Dr. César Pina hizo una reflexión pública señalando que no había tiempo para la reforma constitucional antes de las elecciones de 2016, se refería obviamente a esos procedimientos.
Se pudo ver en los medios de comunicación las respuestas de funcionarios que no son juristas y con mucha emotividad y poca racionalidad contrariaron las indicadas reflexiones del Dr. Pina Toribio. Sin embargo, el Presidente de la JCE, en una entrevista al Listín Diario, sin propósito evidente de entrar en ese ruido, dijo que para esa reforma había que aprobar cinco leyes.
Evidentemente, no hay tiempo. Lo tentador es que el PLD es el partido más fuerte de este país y no son pocos los que quieren subirse en la cresta de su enorme ola. Pero quien está cómodamente sentado en ella es Leonel Fernández, con Danilo Medina sonreído a su lado.