El discurso del Presidente Danilo Medina ante la Asamblea Nacional, da lugar a múltiples editoriales por la riqueza de los temas que tocó, como los resultados de 2014, año declarado de consolidación de la Revolución Educativa que impulsa el Gobierno. Que en Seguridad Social el Gobierno cumplió la meta propuesta, con la incorporación el año pasado de 257,335 personas al Seguro Nacional de Salud. Más de tres millones de personas se benefician del Régimen Subsidiado de Salud, y este año serán integrados otros 400 mil.
De igual modo fue muy estimulante el informe que ofreció del crecimiento de la economía dominicana, las obras de infraestructura construidas en todas las regiones del país. Y el impacto del 911 en la vida de los ciudadanos y ciudadanas.
Ahora destacamos que de nuevo el presidente Medina dejó clara la posición oficial de que ninguna nación del mundo ni organismo internacional, puede exigir a República Dominicana que en materia migratoria, ni de ningún otro derecho soberano, asuma sacrificios al margen de su ordenamiento constitucional y legal. Y recordó los esfuerzos de su administración para ordenar el sistema migratorio dominicano. Destacó que “Estamos construyendo, entre todos, un país con verdadera igualdad y justicia social. Un país sin exclusión y sin discriminación, pero también un país ordenado, riguroso y en el que debe imperar el cumplimiento de la ley”.
Refirió que dada la situación histórica que ha sufrido el país durante décadas, el Gobierno decidió actuar con responsabilidad y poner en marcha el plan de regularización y documentación que calificó como el más ambicioso que se haya realizado en todo el continente, con disposiciones como la puesta en vigencia del Plan Nacional de Regularización de extranjeros en situación migratoria irregular, como se establece desde 2004 en la Ley General de Migración, pero no se había oficializado hasta noviembre de 2013. Informó que con ese plan más de 150,000 personas han iniciado su proceso de regularización, y como resultado más de 40,000 ya tienen sus papeles en orden, que cumplen con todos los requisitos y, por tanto, pronto serán dotados con el tipo de documento que les corresponde.
Recordó la Ley 169-14, que establece un régimen especial para personas nacidas en el territorio nacional inscritas irregularmente en el Registro Civil dominicano y sobre naturalización, que tiene entre sus objetivos resolver la situación de los descendientes de padres extranjeros en situación migratoria irregular y que contaban con documentos expedidos por las autoridades del país, acreditándolos como dominicanos, así como brindar un espacio a aquellas personas, nacidas en territorio dominicano, con ambos padres extranjeros y que nunca fueron inscritos en las Oficialías del Estado Civil. Para las personas de la última categoría citada se dio un plazo de 90 días, el cual fue prorrogado por otros tres meses y venció el pasado dos de febrero, a fin de que pudieran inscribirse como extranjeros para, posteriormente, pasar al plan de regularización y, si lo desean, en un plazo de dos años, optar al proceso de naturalización ya establecido. Ocho mil 755 personas se inscribieron en este proceso.
El presidente Medina ha resaltado que junto con las iniciativas legislativas se establecieron mecanismos de trabajo conjuntamente con Haití, además de que en septiembre pasado acudió a la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York y desde allí hizo un llamado a la comunidad internacional, a fin de que pasaran de las palabras a los hechos y no se olvidaran del país vecino, extendiéndole una mano solidaria, para que, entre otros aspectos, el Gobierno de Haití , esté en condición de dotar a sus nacionales de la documentación necesaria.
El gran esfuerzo de República Dominicana, incluye el trabajo en unión con países amigos, como Estados Unidos, la Unión Europea e instituciones como Naciones Unidas, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones, y la apertura de 24 oficinas en todo el territorio nacional. Así como una campaña de comunicación por diferentes medios que se ha extendido durante meses y el trabajo con organizaciones de la sociedad civil especializadas en temas migratorios para garantizar el éxito del proceso y dar seguridad y confianza a todos los participantes de la firme voluntad del Estado dominicano de llevar a cabo el plan de regularización.
Cierto, como dijo el Presidente Medina: “Nadie puede poner en duda que el conjunto de medidas impulsadas por este Gobierno supone una de las mayores iniciativas en materia de reconocimiento de derechos realizada en las últimas décadas y es, además, una oportunidad única de modernizar nuestros registros, mejorar el control fronterizo y reforzar, mediante la legalidad, la seguridad en nuestro territorio”. Dejó claro que las personas que debieron acogerse a la parte B de la ley 169-14 y no lo hicieron, ya no podrán recibir los derechos contemplados en esa ley.
El plazo de vigencia del plan de regularización para las personas que residen en el país de manera irregular, que se otorgó por 18 meses, estará vigente hasta el 16 de junio de este año, por lo que animó a colaborar con esta iniciativa, e invitó a los que se encuentren irregularmente en el país y que llegaron antes de 2011 a que se acerquen a las oficinas correspondientes para legalizar su estatus y vivan con tranquilidad.
Otro detalle, una vez concluya la ejecución de los instrumentos de regularización previstos en la normativa migratoria, no habrá más prórrogas, por tanto los extranjeros de cualquier nacionalidad sin regularizar, estarán sujetos a los procedimientos establecidos por la ley, siempre en el marco más absoluto del respeto a la dignidad de las personas.
Como expuso el Presidente Medina, las medidas tomadas son coherentes con un nuevo enfoque de la diplomacia dominicana, que busca hacer de la política exterior un instrumento efectivo para el desarrollo social, económico y cultural del país, compuesto por un cuerpo diplomático moderno y eficiente, y que a la vez tenga como máxima prioridad la protección de los derechos de nuestros compatriotas en el extranjero, que sirva también a la agenda económica nacional y sea proactivo a la hora de salir a buscar oportunidades de comercio, de inversión y de producción conjunta. El discurso del Jefe del Estado es estimulante y esperanzador.