Naciones Unidas, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) América Central y el Caribe siguen explotadas por las mafias internacionales como puntos de transbordo de drogas originadas en el sur del continente con destino a Norteamérica y Europa, advirtió hoy la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
En su reporte sobre la situación mundial de los narcóticos en 2014, ese órgano especializado de Naciones Unidas precisó que la cocaína sigue siendo un negocio muy lucrativo para los grupos criminales que operan en la región, donde además crece la producción ilícita de drogas.
Sin embargo, la Junta reconoció la reducción significativa de los cultivos de coca en Bolivia, Colombia y Perú, al comparar los niveles de 2007 con 2013.
También en relación con Sudamérica, llamó la atención por el consumo de modalidades fumables de la cocaína, el uso de marihuana en Colombia y Chile y la producción de cannabis (marihuana) en Paraguay y Colombia, suministradores regionales de la hierba.
Según la JIFE, Norteamérica, y en particular Estados Unidos, se ha convertido en la zona del planeta más golpeada por la muerte relacionada con sobredosis, fundamentalmente por el abuso de opiáceos sujetos a prescripción médica.
Los fallecimientos por esa causa superan a los vinculados con los homicidios o accidentes de tránsito, subrayó en el informe anual publicado en Londres.
Respecto a otras áreas geográficas, la agencia señaló que África sufre un crecimiento del narcotráfico, mientras en Asia continúa expandiéndose el mercado de anfetaminas, sobre todo en el este y el sur del continente.
En el caso de Afganistán, el convulso país se mantiene como el mayor productor de opio, al incrementarse en un 17 por ciento la producción y en un siete los cultivos de la amapola.
También la situación en Europa es más complicada, a partir de la disponibilidad de nuevas sustancias psicoactivas y el auge de los cultivos de marihuana en naciones occidentales.