Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) La política exterior del presidente Barack Obama está bajo escrutinio del Congreso norteamericano, en particular la estrategia contra el Estado Islámico (EI) y la posibilidad de suministrar armas a Ucrania, señala hoy el diario The Hill.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado examinará la solicitud de Obama al Capitolio de una Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) contra el EI en Iraq y Siria, sesión a la que irán el miércoles el secretario de Estado, John Kerry, y el jefe del Pentágono, Ashton Carter, así como altos oficiales de las fuerzas armadas.
Según The Hill, estos funcionarios tendrán que enfrentar el escepticismo de los senadores de ambos partidos sobre los términos de esa petición presentada por Obama en febrero, y acerca de la estrategia del gobernante en la lucha contra los fundamentalistas en Medio Oriente.
Los republicanos sugieren que la AUMF no tiene todo el alcance que se necesita en estos momentos y favorecen un papel más activo de Estados Unidos en el combate a los yihadistas, mientras algunos demócratas se niegan a avalar un proyecto que no prohíbe de forma explícita el uso de tropas terrestres en combate.
La crisis en Ucrania y la política de sanciones y presiones contra Rusia estarán bajo escrutinio el martes en el mismo panel senatorial, ante el cual testificarán el subsecretario de Defensa Brian McKeon y la secretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria Nuland.
La audiencia tendrá lugar después que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner y otros connotados líderes del Congreso enviaron una carta esta semana al jefe de la Casa Blanca para que este apruebe el envío de armamentos al régimen de Kiev, ante el avance de los rebeldes en el sureste de ese país.
El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos, general Martin Dempsey, el militar norteamericano de mayor rango, dijo el 3 de marzo pasado ante el Congreso que sería conveniente entregar armamento a las fuerzas armadas ucranianas, a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Washington y sus aliados europeos impusieron fuertes sanciones económicas al gobierno ruso en los últimos meses, en represalia por la actitud de Moscú frente al conflicto en Ucrania, y en particular su rechazo a las autoridades que asumieron el poder en Kiev tras el golpe de Estado de febrero de 2014 contra el presidente Víctor Yanukovich.
El Kremlin considera que el despliegue de tropas de la OTAN en Europa Oriental constituye una seria amenaza a la seguridad de Rusia.