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París, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El gubernamental Partido Socialista (PS) perdió entre 26 y 30 departamentos tras la segunda vuelta de las elecciones que tuvieron lugar el domingo en Francia, mostraron las primeras estimaciones.

La alianza entre la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), liderada por Nicolás Sarkozy, y la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) ganó entre 64 y 70 de los 101 departamentos del país.

El ultraderechista Frente Nacional (FN) obtuvo varios escaños, pero aún se desconoce si logrará dirigir al menos una de las demarcaciones.

La participación en el segundo turno fue ligeramente inferior a la del primero, efectuado hace una semana. Hasta las 17:00, hora local, la participación era de 41,94 por ciento desde el 42,98, precisaron los reportes parciales.

«La izquierda, demasiado dispersa, demasiado dividida en el primer turno, conoce un claro retroceso, pese a un buen balance de los gobiernos departamentales», reconoció el primer ministro Manuel Valls tras divulgarse los resultados preliminares.

Sin embargo, en su alocución no dio indicio de posibles cambios en la política gubernamental.

Cerca de 40 millones de electores eran llamados a participar en esta elección, que concierne todo el territorio francés salvo París y Lyon, ciudades en las que las atribuciones de los departamentos son ejercidas por otras instancias.

Los comicios aúnan en una misma votación las elecciones cantonales y departamentales, en virtud de una reforma administrativa aprobada en 2013. En las mismas se eligen para un mandato de seis años a los nuevos consejos.

Antes de conocerse los resultados, la llamada izquierda en este país (socialistas, comunistas, ecologistas) administraba 61 de los 101 departamentos.

Desde hace meses, estas elecciones generaron incertidumbre y preocupación sobre todo por lo que podía suceder tras ellas, ya que algunos especialistas hablan de una reconfiguración del mapa político galo y las consideran un test de cara a las presidenciales de 2017.

Los resultados son vistos como una evidencia de la insatisfacción de las personas con la gestión del Ejecutivo de turno, que no ha cumplido la mayoría de las promesas que lo llevaron al triunfo en 2012.

Un sondeo del Instituto Odoxa, divulgado tras la victoria conservadora de la primera vuelta, reveló que la mayoría de los franceses no desea a ninguno de los principales partidos políticos al frente de los departamentos del país.

El triunfo de la UMP no corresponde a una enorme ola de adhesión a esa formación, sino al hecho de que los ciudadanos opinan que de los males, sería el menor, mostró la pesquisa.

Especialistas alertan sobre la falta de credibilidad y de orientación que invade a los individuos con relación al entorno político de la nación.

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