Opinión

El tema de la seguridad social es un tema que debe apasionarnos, puesto que la seguridad social es uno de los capítulos de mayor impacto en la sociedad que puede tener un gobierno.

Recurrentemente he venido hablando sobre el tema y las dificultades que vienen presentándose en el modelo dominicano. Hoy quiero mostrar algunos datos que podrían explicar la desesperante situación que viven los jubilados a través del Ministerio de Hacienda.

Resulta que no fue hasta el 2009 cuando se tomo la decisión de distribuir a los jubilados de hacienda entre tres aseguradoras del estado, antes de eso los mismos se encontraban en un limbo que no les permitía obtener los beneficios del SFS.

ARS Salud Segura, ARS SeNaSa y ARS SEMMA tuvieron que asumir los jubilados de dicho ministerio.

La cantidad de afiliados (30,370; dic. 2014) en el programa especial de afiliación a jubilados del Ministerio de Hacienda, se divide de la siguiente manera:

Si se fijan el caso de Salud Segura describe una situación muy crítica puesto que están recibiendo RD$ 357.03 per cápita para ofrecer servicios que van desde consulta hasta intervenciones quirúrgicas, evidenciado esto, que dicha ARS no está en capacidad de ofrecer servicios de calidad; el caso del SEMMA no deja de ser preocupante, puesto que reciben apenas RD$ 721.00 per cápita para garantizar los servicios de salud a los afiliados pensionados de hacienda.

En sentido general estas ARS lejos de conseguir un negocio redondo al asumir los jubilados de hacienda, lo que están haciendo es un sacrificio que, en cierta medida encierra el sentido solidario que debe primar en este tipo de sistemas.

Lo malo del SDSS es que siempre se encuentran contrastes espantosos, como es, por ejemplo, la desproporcionada relación entre ganancias y gastos en salud que muestran, en sentido general, las ARS, de las cuales las 3 que asumieron los jubilados poseen ganancias frágiles o pérdidas espantosas. Demostrándose que el SDSS y en especial SFS solo es negocio, para las ARS privadas que reciben grandes cantidades de dinero y solo ofrecen migajas a sus afiliados.

De manera que, el nivel bajísimo de cápita que reciben las “ARS solidarias” por los jubilados de hacienda contrastado con los altos niveles de ganancia y bajos niveles de gastos que poseen las demás ARS del sistema, nos encaminan a pensar, nuevamente, en lo importante que es una modificación a la 87-01 para corregir sus desviaciones y garantizar aun más, el espíritu solidario que ésta debe tener.

*Los datos suministrados se realizaron tomando como base los boletines estadísticos de la SiSALRIL.

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