Fuente: EFEVerde
País/Región: China
Pekín ha puesto en marcha un nuevo programa para medir y reducir los niveles de contaminación que reemplace al anterior, lanzado en octubre en 2013, al tiempo que ha anunciado que en 2016 cerrará la única central térmica de carbón restante.
El nuevo programa mantiene los cuatro colores utilizados para indicar la gravedad de la contaminación, siendo el azul el más leve y seguido por el amarillo, el naranja y el rojo, pero varía los requisitos sobre cuándo emitir cada alerta, informó hoy la agencia oficial Xinhua.
Así, mientras la alerta naranja saltará a partir de los 200 microgramos de concentración por metro cúbico de las llamadas partículas PM 2,5 -las más dañinas para la salud-, la roja sólo se activará a partir de ahora cuando los niveles se mantengan por encima de esa cifra durante al menos tres días.
Además, las alertas naranja y roja serán publicadas al menos 24 horas antes de que la contaminación alcance los picos máximos, y los vehículos pesados no podrán circular por la carretera esos días.
Por su parte, desde que una alerta naranja sea activada, las fábricas deberán cerrar, excepto las “necesarias para mantener la actividad de la ciudad”, agregó Xinhua, que no especifica más detalles.
El pasado año, Pekín emitió la alerta azul once veces, la amarilla cinco y la naranja dos, si bien otros medidores de contaminación, como el de la Embajada de EE.UU., suelen indicar mayores niveles de polución que los oficiales de las autoridades locales.
En un esfuerzo por combatir la contaminación, Pekín ha decidido ir cerrando las plantas de carbón, la principal fuente de energía de China, y tanto en la capital como en otras ciudades éstas serán sustituidas por otras alimentadas con gas natural, que proporcionan tanto electricidad como calefacción y son menos contaminantes.
El gas está llamado a ser uno de los pilares en el abastecimiento energético de la segunda economía mundial a medio y largo plazo.