Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El sistema de radar antibalístico de banda X (SBX) desarrollado para las fuerzas armadas estadounidenses a un costo de más de 10 mil millones de dólares, constituye un verdadero fracaso, asegura hoy el diario Los Ángeles Times.
Con la intención de construir un escudo contra posibles ataques coheteriles al territorio continental norteamericano, lo que hicieron los planificadores militares fue insertarse en este proyecto costoso que fracasó y dejó un agujero significativo en la defensa del país, añade el rotativo.
Los principales jefes de la Agencia de Defensa Misilística (MDA) del Pentágono, encargada del proyecto, siempre defendieron en el Congreso esta nueva tecnología y prometieron a los legisladores un artefacto que podía detectar desde la Costa Este norteamericana «una pelota de béisbol sobre la ciudad de San Francisco, California».
El SBX posee capacidades que no tiene ningún otro sistema similar en el mundo, dijeron voceros de la MDA en un panel del Senado en 2007, pero en realidad el equipo se convirtió en un fiasco que hasta la fecha consumió más de dos mil millones de dólares, asegura Los Ángeles Times.
Aunque puede detectar y magnificar objetos distantes, su campo de visibilidad es tan estrecho que tiene poca utilidad contra lo que los expertos consideran el escenario más probable: un ataque con una cantidad significativa de cohetes entre los cuales también se acercan misiles falsos que se usan para desinformar a la defensa antiaérea.
Este sistema, construido en lo fundamental por las compañías Boeing y Raytheon está almacenado en las Islas Hawai bajo un status de «pruebas limitadas», y sin una fecha probable para su puesta en servicio.
En los últimos años, varios proyectos altamente costosos de las fuerzas armadas estadounidenses no han cumplido las expectativas originales para las que fueron creados, como el Caza de Ataque Conjunto F-35.
Con un costo total estimado de más de 400 mil millones de dólares, el F-35 es hasta la fecha el programa de armamentos más caro en la historia del Pentágono, con un sobregiro de 150 mil millones de dólares por encima de los estimados iniciales.
El Pentágono comenzó el plan de esta aeronave en 2001, pero tuvo que hacer modificaciones en 2003, 2007, 2010 y 2012 debido a serios problemas tecnológicos, demoras y erogaciones financieras excesivas.