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Panamá, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Ciudad de Panamá se recuperaba ayer de la intensa actividad vivida como sede de la VII Cumbre de las Américas, que queda en la historia como escenario del primer encuentro oficial entre presidentes de Cuba y Estados Unidos en medio siglo.
Más allá de los debates de la última semana a través de foros sobre los temas social, juvenil, empresarial y académico, el cónclave también se recordará como la primera ocasión en que los 35 países del hemisferio occidental se sientan en torno a una misma mesa.

Esa cifra fue completada por Cuba, invitada por el gobierno panameño luego de varios años de reclamos de los gobiernos progresistas de la región y que estaba excluida de este tipo de conferencia inauguradas en 1994 en territorio norteamericano.

Después de un saludo formal en la ceremonia de bienvenida ofrecida el viernes por Juan Carlos Varela como mandatario anfitrión, Raúl Castro y Obama se estrecharon ayer las manos ante las cámaras y un grupo de periodistas en uno de los salones del centro de convenciones Atlapa, de esta capital.

Todo se puede discutir si se hace con respeto a las ideas de la otra parte, incluyendo las cuestiones en que se discrepa, puntualizó el jefe de Estado de la mayor de las Antillas para apuntar que existen muchas diferencias en la complicada historia entre los dos países, «pero estamos dispuestos a avanzar».

En la misma línea, el jefe de la Casa Blanca reconoció que «después de 50 años en que no habíamos cambiado la política, había que intentar algo nuevo».

También fue la primera vez que ambos presidentes ofrecieron juntos declaraciones a la prensa, para después conversar en privado por espacio de más de una hora, según se confirmó.

Ese intercambio trató sobre el proceso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en La Habana y Washington y las posibilidades de cooperación en diversos campos.

Se trata de los sectores relacionados con el enfrentamiento al narcotráfico y el terrorismo, la ciberseguridad, la protección del medio ambiente, el cambio climático y la salud, dijo el canciller cubano en conferencia de prensa.

Poco antes de la reunión con Obama, Raúl Castro reafirmó ante la Cumbre que el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba todavía hoy se aplica en toda su intensidad, provoca daños y carencias al pueblo y es el obstáculo esencial al desarrollo de la economía cubana.

Aclaró que el actual inquilino de la Casa Blanca no tuvo ninguna responsabilidad en la implantación del bloqueo y lo calificó de hombre honesto, de origen humilde y con la valentía de enfrentar al Congreso en un debate sobre la eliminación del cerco a la isla.

La cita de Panamá también propició un breve encuentro entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio del clamor latinoamericano y caribeño contra la decisión del gobernante norteamericano de considerar al país suramericano como una amenaza a su seguridad nacional.

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