Fuente: EFE
El ministro danés de Clima y Energía, Rasmus Helveg Petersen, propone actualizar los términos que usa la Convención de Cambio Climático de la ONU cuando se refiere a países industrializados y «en vías de desarrollo», ya que algunos de estos últimos tienen hoy más emisiones y bienestar que los primeros.
A nueve meses de la cumbre de cambio climático de París (COP 21), Helveg Petersen apunta a tres grandes cuestiones que aún generan desacuerdos: la aportación de los diferentes países, el común esfuerzo reductor de emisiones de CO2 y la financiación climática.
“Estas son las montañas más altas en la última etapa para llegar a un acuerdo (climático) en París”, explica el ministro en una tribuna para Efeverde, al plataforma de periodismo ambiental de la Agencia EFE.
Todos los países están de acuerdo en que no se puede exigir lo mismo a todos -los más pobres no pueden contribuir igual que los ricos-, pero la clasificación original usada por la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, “de ‘países industrializados’ frente a ‘países en vías de desarrollo’, que asimismo define las obligaciones de cada país, está anticuada”.
Por otro lado, opina que para que el acuerdo de París sea suficiente y eficiente, los grandes emisores también deberán asumir contribuciones ambiciosas: “todos los grandes deben dar un paso hacia adelante y ayudar”.
Sin embargo, “en la actualidad son pocos los países comprometidos a reducir sus emisiones de dióxido de carbono, y esto no es suficiente si queremos solucionar el desafío climático global”.
En cuanto a la financiación climática, el ministro danés explica que hay un consenso en que los países con menos recursos reciban ayudas para concretar sus esfuerzos climáticos, tanto los esfuerzos reductores como los de adaptación.
“Lo que no hay, es un acuerdo sobre quién tiene que pagar cuánto y de dónde tiene que venir la financiación: muchos países en vías de desarrollo desean objetivos fijos para las futuras aportaciones de los industrializados, mientras estos últimos, en general, atribuyen más importancia al hecho de que las aportaciones provengan de más países y de que se implique el sector privado”.
La financiación pública seguirá siendo necesaria, pero es esencial “comprometer al sector privado y disminuir las inversiones en carbón y petróleo a favor de inversiones en energías renovables y eficiencia energética”.
“Eso puede hacerse favoreciendo las condiciones marco para inversiones respetuosas con el clima. Es importante, por ejemplo, recortar las subvenciones globales a los combustibles fósiles que, a fecha de hoy, están muy por encima de las subvenciones a las energías renovables”.