La Habana (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El endeudamiento público, privado e individual a nivel global es una de las mayores consecuencias de la crisis económica desatada en 2008, que según un informe de la consultora McKinsey creció en más de 57 billones (millón de millones) de dólares.
Sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB) mundial supera por poco los 70 billones. De esa producción global convertida en dinero o valores financieros, el 25 por ciento, cerca de 18 billones, se encuentran escondidos en paraísos fiscales.
De sumarse a la deuda pública el astronómico fardo de la privada (bancos, empresas, familias) se entraría en un absurdo superior: el mundo estaría (¿está?, se preguntan no pocos economistas) en bancarrota técnica pues las deudas son infinitamente mayores que la producción.
Ante ese desbalance no es ocioso recordar que la deuda pública se define como los ingresos que obtiene el sector público por la venta de valores, y por los cuales se compromete a pagar mediante intereses periódicos o la devolución del capital prestado si la deuda es amortizable.
El director de la consultora global McKinsey, Richard Dobbs afirma que en el actual escenario internacional cada país es una historia individual, al tiempo de asegurar que aunque en los siete años previos a 2007 hubo un significativo incremento, ese indicador siguió aumentando tanto en los países en desarrollo como en los emergentes.
Sobre el asunto precisó que se han dado ascensos diferentes, incluso entre los que más crecieron, pues para algunos se convirtió en un problema.
En tal sentido se definieron a los gigantes endeudados, denominados también los peores del escalafón en la crucial relación deuda-PIB y entre los cuales clasifican las principales potencias mundiales.
De acuerdo con Dobss, los países más golpeados comenzaron sus problemas en 2008 y entre los primeros está en primer orden Japón, seguido por Estados Unidos y la mayoría de las naciones europeas (sobre todo Irlanda, España, Grecia y Portugal).
También el portal digital Der Spiegel considera a Japón como la nación más endeudada a nivel mundial desde enero de 2015, debido a que su deuda pública llegó a al 245,5 por ciento de su PIB, en tanto señala que Estados Unidos tiene una deuda equivalente al 105,1 por ciento del PIB nacional, Reino Unido 93,1 por ciento y Canadá 86,8 por ciento.
Pero entre los que más acelerado ritmo de aumento de su deuda tuvieron en los últimos siete años figuran Irlanda, Singapur, Grecia y Portugal.
Otro ejemplo de rápido incremento lo acapara España, que antes de la recesión la deuda pública se situaba en torno al 35 por ciento, aumentó un 72 por ciento la total y un 92 la estatal.
Todo ello es el resultado de la crisis desatada por el estallido de la burbuja en los créditos hipotecarios dentro de la economía estadounidense, la cual aún muestra sus efectos devastadores sobre la economía mundial.
El director de la McKinsey considera que más que reducir su deuda, las principales economías se endeudan hoy más en relación a su PIB que en 2007, al estimarse que esto lleva a nuevos riesgos para la estabilidad financiera y podría socavar el crecimiento mundial.
Cálculos generales muestran que el endeudamiento de todos los actores económicos (Estados, empresas, particulares) aumentó 57 billones entre 2007 y 2014 y roza ya los 200 billones.
En general, las deudas se elevaron al 286 por ciento del PIB mundial, frente al 269 por ciento de 2007, mientras el nivel de deuda total frente al PIB aumentó en más de 50 puntos porcentuales en 14 de las 22 economías avanzadas y en 25 puntos porcentuales en los países en vías de desarrollo.
La indagación de la McKinsey indica que es en China donde la deuda se cuadruplicó entre 2007 y 2014 hasta llegar al 282 por ciento del PIB, principalmente por el abultado volumen de la deuda financiera y el explosivo desarrollo de la banca. Esa fuente también concluyó que el drástico aumento de la deuda pública se debe a que los países han sido incapaces de reducir sus pasivos mediante la inflación; en lugar de eso, una espiral deflacionaria global aumenta tanto la deuda de los países como los intereses que pagan para su servicio.
Dicha combinación de la deflación y la contracción económica, particularmente en la Eurozona, ha llevado a McKinsey a sentenciar que «el despalancamiento es raro y las soluciones son escasas».
Con el endeudamiento global más alto en los últimos 200 años, el Fondo Monetario Internacional advirtió que el mundo va a necesitar una ola de impagos, impuestos sobre ahorros y una inflación más alta para finalmente despejar el camino hacia la recuperación.
Según una investigación de EAE Business School, los mayores endeudamientos en la Unión Europea están en Grecia con un 171 por ciento de su PIB, luego figura Italia (136,4), Portugal (128,7), Irlanda (111,7), Bélgica (101,7), España (101,1) y Francia (97,7).
Países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): la mayoría de sus integrantes tienen una deuda pública menor al 50 por ciento del PIB. La más baja en enero de este año la mostraba Rusia con un 16.5 por ciento, seguida por China (41,8), Sudáfrica (50,8), India (59,5) y Brasil (65,6). La deuda de Rusia aumentó un 7,9 y la de China un siete por ciento.
La deuda de casi todos los países en América Latina aumentó de manera insignificante. Por ejemplo, la investigación reveló sin embargo que Panamá, Perú y Bolivia lograron reducirla en 10,4; 12,7 y 13,4 por ciento, respectivamente.
Pero Venezuela, Argentina y México son las naciones de la región con mayores tasas de deuda pública respecto al PIB, con unas cifras de 53, 48 y 44 por ciento, cada una, cifras muy alejadas de los porcentajes de las grandes economías.
Panamá y Colombia ocupan la zona media con unas tasas de deuda pública del 40 y el 32, mientras los que muestran los niveles más bajos son Chile, Ecuador y Perú con unas rangos de apenas un 13, 19 y 23 por ciento en ese orden.
Sobre este particular la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que en 2015 podría producirse un aumento de la deuda pública en los países cuyo nivel ya es elevado o donde existen dificultades de financiamiento a causa del deterioro de las cuentas públicas previsto para el año, y que han anunciado recortes presupuestarios.
Al contemplar medidas de contención del gasto, será preciso proteger la inversión y ajustes fiscales excesivos que afectarían el crecimiento, redundarían en una merma de los recursos tributarios, y en última instancia, provocarían una agudización del déficit y un aumento de la deuda pública, agregó esa institución.
El Banco de Pagos Internacionales ha calculado que desde 2007, la deuda gubernamental de los países del G7 (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón, Estados Unidos y Canadá), en relación con el PIB, creció un 40 por ciento hasta alcanzar un 120 por ciento.
Ninguna economía desarrollada, y tan sólo cinco mercados emergentes, han conseguido reducir el ratio deuda-PIB que incluye tanto la deuda doméstica como la gubernamental.
Respecto a la deuda pública por habitante, japoneses, estadounidenses y canadienses son los más endeudados fuera de la Unión Europea, y en el lado opuesto están los indios, peruanos y ecuatorianos.
En tanto, las principales economías de la zona euro, Alemania, Italia, Francia y España, tienen cifras superiores que la mayor economía de habla hispana, México.