San José, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, aseguró estar satisfecho de lo logrado en este primer año de gestión a pesar de los cuestionamientos a su administración, incluso de personas muy cercanas.
«He pasado de ser un peligrosísimo comunista, a un defensor a muerte del neoliberalismo y la burguesía costarricense, entonces uno se mueve en esos golpes de percepción que sectores interesados promueven, pero acá vamos caminando», afirmó en entrevista con Diario Extra.
Para el mandatario, investido el 8 de mayo de 2014, este país centroamericano está en una etapa de evolución política y a despecho del ruido en las redes sociales es innegable que están haciéndose bien ciertas cosas.
«Me siento muy satisfecho con lo que se ha realizado hasta el momento, no lo estoy enteramente porque el mandato con el que me honra el pueblo costarricense es de cuatro años no de uno, por lo tanto espero concluir con las obligaciones que me asignaron hasta el 2018», declaró.
Consideró que el proceso de cambio anunciado en su campaña política ya inició, pero admitió que las transformaciones que en conjunto deben dar una dirección diferente a la política costarricense y a muchos de sus procedimientos requieren más tiempo.
Solís, quien fue elegido por 1,3 millones de votantes, consideró que la lealtad es fundamental en la política y descartó cualquier compromiso político salvo el adquirido con el pueblo de transformar a Costa Rica.
Respecto a este primer año de su administración señaló que además de honrado, está muy satisfecho porque hay una expectativa de cambio muy fuerte en la ciudadanía.
«También hay una gran comprensión por parte de las personas de que los problemas que hemos encontrado son muy grandes y desde ese punto de vista, creo que la lucidez del pueblo costarricense me ha sorprendido muchísimo», agregó.
«La gente de a pie que sabe que estamos frente a un dilema inmenso, que los desafíos son muy grandes y para cambiar las malas prácticas y las estructuras que son ineficientes y la corrupción que todavía queda en el aparato estatal requiere más que buena voluntad», subrayó.
«Ha habido errores que no tengo problema en admitir, pero en un sentido general yo me siento contento de lo que se ha hecho en los últimos 12 meses», enfatizó.
El gobernante desestimó una eventual reelección, resaltó la tranquilidad que vive el país, y enumeró muchas cosas que cambiaron en la sede del poder tras su llegada, refiere la publicación