Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El presidente estadounidense, Barack Obama, dialogó ayer en la residencia de Camp David, estado de Maryland, con altos representantes de seis naciones aliadas del golfo Pérsico a fin de zanjar desencuentros a puertas cerradas.
Tras las primeras conversaciones y la cena ofrecida el miércoles en la Casa Blanca, Obama reanudó el trabajo en un ámbito más privado, junto a las comitivas de Omán, Bahrein, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar (estos dos últimos representados a sus más altas autoridades: los emires Sabah al Ahmad al Sabah y Tamim bin Hamad al Zani, respectivamente).
El objetivo general de los conciliábulos de este jueves en Camp David: la restauración total de la mutua confianza en temas de seguridad en una región tan convulsa como estratégica en términos geopolíticos.
Aparte de Obama, hacen las veces de anfitriones en el retiro presidencial de Camp David el secretario de Estado, John Kerry, y los titulares de Defensa, Ashton Carter, del Tesoro, Jack Lew, y de Energía, Ernest Moniz, así como el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan.
Lastrada por la ausencia del rey Salman de Arabia Saudita -lo que se ha interpretado como un desplante por diferencias sobre las negociaciones nucleares entre el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China, más Alemania) e Irán-, la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo incluye en esta jornada tres sesiones de trabajo y una conferencia de prensa de cierre.
Tanto Washington como sus aliados árabes parecen dispuestos a mantener saludables los vínculos pese a sus diferencias, pues comparten intereses comunes como la neutralización de la influencia iraní en Medio Oriente.
A falta del monarca saudita, Obama se reunió este miércoles con los príncipes Mohamed bin Nayef bin Abdelaziz -heredero del trono y ministro de Interior- y Mohamed bin Salman -titular de Defensa y segundo en la línea de sucesión-, quienes encabezan la delegación del aliado de mayor peso en este grupo de naciones.
El gobernante norteamericano destacó entonces la «extraordinaria relación» entre Washington y Riad, sobre todo, en el enfrentamiento al grupo terrorista Estado Islámico en Iraq y Siria, mientras que Bin Nayef sostuvo que su país otorga «gran importancia a la relación estratégica» bilateral.
Entre los temas fijados para esta cita regional también sobresalen la lucha antiterrorista y la situación de los actuales conflictos en Yemen -donde rige por el momento una tregua humanitaria de cinco días-, Iraq y Siria.
De cualquier manera, algunos expertos aseguran que el éxito real de esta cumbre pasa por convencer a los suníes de Riad -donde hay nuevo monarca desde enero último- de que las negociaciones y los eventuales acuerdos con Teherán serán provechosos para sus intereses.