El valor de la poesía caribeña resaltó en una cita en la sede de la Unesco en la capital francesa en la que fue remarcado el esplendor de un género exquisitamente cultivado en esa región.
El encuentro se relaciona con una iniciativa de Petrocaribe para darle al área una presencia más allá de lo económico y político, también cultural, expresó a Prensa Latina el embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Luis Crespo.
La escritura -dijo- no es sólo lógica y razón, sino igualmente emoción, sentimiento. Todo ello se puede aunar para que seamos siempre lo que hemos sido: una región donde la influencia de Europa no nos arredró del todo.
Poder escribir como se toca, se danza, se sufre, se espera. Yo creo que eso es lo que ha hecho nuestra literatura, subrayó.
A su juicio, la poesía de la zona ha reforzado una síntesis de historia real, prestada e impuesta, pasado doloroso y sobre todo esperanza y salvación a través de lo que se llama apresar sus mitos.
Nosotros los que estamos en torno al Mar de las Antillas tenemos una hermandad histórica, étnica y política. América Latina y el Caribe luchan por construir un mundo mejor, de iguales como es el socialismo y la poesía resulta una aliada, enfatizó Crespo.
Queremos imprimirle esa importancia a la región, sobre todo en momentos en que la Unesco necesita más que nunca de su presencia. Somos el último baluarte que queda en la organización para que vuelva a retomar lo que fue el espíritu mismo de su creación: ser la conciencia intelectual de la ONU.
Invitado a la cita, el profesor e intelectual Andrés Bansart, ahondó magistralmente en el tema al destacar la riqueza impresionante de la poesía caribeña. Hay un florecimiento absolutamente fabuloso, resaltó.
Haití, por ejemplo, golpeado por calamidades de diferentes tipo, es uno de los países de la región donde florece más poesía, más arte, lo cual resulta un fenómeno prácticamente inexplicable, apuntó.
En su opinión, el caso haitiano llama la atención, pues de un lado está la inmensa miseria física y de otro la enorme riqueza moral, ética y poética.
Bansart significó que cada dos años se realiza un congreso de escritores del Caribe y si bien los participantes hablan inglés, francés o castellano, hay un entendimiento porque al final «todos estamos hablando el mismo idioma», añadió.
Además, consideró que no se trata solo una cuestión de poesía, pues si hay una esperanza en el mundo actualmente, está en América Latina y el Caribe.
En el encuentro, convocado por la representación diplomática de Venezuela, participaron funcionarios de embajadas de países acreditados ante la Unesco y en Francia.(PL)