Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Texas se encuentra hoy a un paso de promulgar una ley que permitiría a los habitantes de ese estado norteamericano llevar abiertamente armas cortas en público.
La denominada Ley 910 fue aprobada la semana pasada por el Congreso regional con una votación 102-43 en la Cámara de Representantes y 20-11 en el Senado, reportó el diario The Texas Tribune.
El gobernador republicano Greg Abbott prometió que suscribiría la medida tan pronto llegara a su mesa.
La iniciativa permitirá a los propietarios con licencia de armas llevarlas en la cadera o en una funda sobre sus hombros en público.
La legislación fue temporalmente postergada por los demócratas, luego de que trajeran al debate una provisión que limitaría el poder de la policía para pedirle a quienes porten las armas por su permiso.
La enmienda era un intento de prevenir acciones de prejuicios raciales. Algunos republicanos también apoyaron la enmienda porque consideraron que protegería al público de solicitudes innecesarias.
Sin embargo, la enmienda fue rechazada tras protestas de jefes policiales a lo largo del estado, precisó la publicación.
Esta sesión ha sido un alarmante show de hacer política que lleva la agenda del lobby de las armas en lugar de escuchar a la mayoría de los habitantes y funcionarios de seguridad de Texas, que se oponen al porte de armas en público, dijo Sandy Chasse, del capítulo texano de la organización Madres que Exigen Acción por Sentido de las Armas en Estados Unidos.
California, Illinois, Nueva York, Carolina del Norte y Florida son los únicos estados que mantienen la prohibición de llevar armas cortas abiertamente en público.
Washington, D.C. también tiene una prohibición generalizada al porte en público.
El debate sobre la violencia armada en Estados Unidos tomó auge tras la masacre ocurrida en diciembre de 2012 en una escuela de Newtown, estado de Connecticut, donde perecieron 20 niños y seis adultos.
A pesar de la reacción de la opinión pública norteamericana ante ese hecho, el Senado federal rechazó en 2013 una propuesta que incluía un eventual incremento de los llamados chequeos de antecedentes de los compradores y hasta la fecha el tema en su conjunto continúa estancado en el Capitolio.
El presidente Barack Obama inició una ofensiva el año pasado para regular la venta y uso de armamentos por parte de los estadounidenses, pero enfrentó una fuerte oposición de sectores ultraderechistas y grupos como la Asociación Nacional del Rifle que cabildean a favor de los productores de esos artefactos.