Este domingo 14 de junio se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Donante de Sangre y para este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) preparó la campaña: “Gracias por salvarme la vida”, la cual se centra en agradecer a los donantes sus donaciones y pide encarecidamente a la población que donen sangre de forma voluntaria con regularidad.
Con el lema “Dona voluntariamente, dona a menudo. Donar sangre es importante”, la OMS tiene el objetivo quede aquí a 2020, todos los países obtengan su suministro de sangre de donantes voluntarios no remunerados.
Las transfusiones de sangre permiten salvar vidas y mejorar la salud, pero muchos pacientes que las necesitan no pueden acceder a tiempo a transfusiones seguras.
El hecho de que no haya sangre disponible para transfusión es causa de muerte y de sufrimiento para muchos pacientes.
Cada año se recogen en el mundo 108 millones de unidades de sangre. Aproximadamente un 50% de esas donaciones corresponden a los países de ingresos altos, que solo representan un 15% de la población del planeta.
En la actualidad, solo hay 62 países en el mundo donde el suministro nacional de sangre procede casi en su totalidad de donaciones voluntarias no remuneradas, mientras que 40 países siguen dependiendo de donaciones procedentes de familiares o incluso de donantes remunerados.
Campaña “Gracias por salvarme la vida.”
La campaña gira en torno a los testimonios de personas cuyas vidas han podido salvarse gracias a una donación de sangre, con el fin de motivar a los donantes habituales a que sigan donando sangre y alentar a las personas que gozan de buena salud y nunca han donado, en especial a los jóvenes, a que empiecen a hacerlo.
Concienciar a la población sobre la necesidad de donar sangre con regularidad debido a que los componentes de la sangre tienen un periodo de conservación breve.
Centrarse en la salud de los donantes y en la calidad de la atención que reciben, pues son factores fundamentales para obtener su compromiso y promover el deseo de donar regularmente.
Convencer a los ministerios de salud de que manifiesten su reconocimiento a los donantes voluntarios no remunerados y proporcionen recursos suficientes para prestarles una atención de calidad.