Con esa filosofía popular galvanizada por siglos de aciertos y errores, los viejos dominicanos siempre recomendaron “guardar pan para mayo”, horneado con la “harina de abril”, también almacenada con el sentido previsor del que busca evitarle a los suyos las penurias del hambre. Probablemente nunca como hoy tiene la manoseada expresión un valor político en la competencia por el poder que se libra en República Dominicana.
Muy poca gente de la que uno se encuentra en calles, parques y plazas oculta sus sorpresas por los acontecimientos políticos de las últimas semanas, en el interior de los partidos, las cámaras legislativas y los acuerdos entre el gobierno y dirigentes opositores que incluso tenían ya montadas sus campañas electorales con miras a los comicios del 15 de mayo del 2016.
En medio del estruendo de los debates en torno a la reforma constitucional para restablecer la reelección presidencial, seguida de la primera manifestación de masas de la oposición contra la iniciativa encabezada por el candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM) Luis Abinader, dirigentes del Comité Central e intermedios del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) advertían sobre la necesidad de establecer las normas de trabajo para la escogencias de los candidatos congresuales y municipales de la organización oficialista en el Distrito Nacional y la Provincia de Santo Domingo.
Entre los dirigentes peledeistas que recibieron copias de la misiva remitida al presidente del partido, se destacaban las firmas de Ignacio Ditrén y Héctor Olivo, secretarios de asuntos electorales y de comunicación, respectivamente.
Para cualquier observador que no esté contaminado con el sectarismo o el fanatismo le sería fácil comprender que el PLD tiene como punto número uno en su agenda restablecer la armonía que lógicamente fue afectadadurante la crisis previa a la aprobación de la reforma constitucional. Para los que ignoran esa realidad, mayo está lejos y no necesitan prestarle atención a la sugerencia de los previsores abuelos. Los que entienden que no es necesario trabajar la fraternidad, mayo está lejos y no hay por qué preocuparse. Esto último significa dormirse en los laureles con el riesgo de despertar con una pesadilla.
Muchos de los que leyeron el documento de marras comentaron después en tertulias que no salen al aire, que verdaderamente hay cizañas sembradas entre los peledeistas que deben ser arrancadas y echadas al fuego en estos precisos momentos, antes de que lleguen a mayo convertidas en un peligroso matorral que dificulte la cosecha del trigo, como se resaltaba en la parábola del Nazareno.
Muchos contertulios, en medio de la confusión provocada por las sorpresas de los últimos días, llegaban a preguntarse sobre qué era más importante entre el restablecimiento de la fraternidad interna o la alianza externa, sin quitarle valor a ninguna de las acciones en los marcos de la lucha por el poder.
Dirigentes del Distrito Nacional , Santo Domingo Norte, Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Los Alcarrizos, Boca Chica y Los Alcarrizos, indica «saludar el anunciado acuerdo por un gobierno de Unidad Nacional, solicitaron de la dirección de la organización política, avanzar en los trabajos de organización del proceso electoral interno, dada la complejidad del mismo y la cercanía de las próximas elecciones”.
Los dirigentes, noventa en total, resaltaban además la necesidad de trabajar en la organización por una competencia transparente con primarias en las que se garantice que serán los candidatos con mejor aceptación los que conformarán la boleta electoral, como se establece en el punto número cinco del acuerdo firmado por los 35 miembros del Comité Político del PLD que puso fin a la crisis.
“Apoyo al Acuerdo de Gobierno de Unidad Nacional”, titulan el documento, que no sería descabellado si se interpretara como una manifestación de su convencimiento de que para hacer práctica la coalición sería necesaria primero la unidad auténtica entre los peledeistas.
Los dirigentes que hacen la advertencia ven a mayo en la cercanía cabal, de aquí que eleven su voz de alarma ante el tiempo apremiante, cuando es ahora que empieza la verdadera competencia en la lucha por el poder entre el PLD, con el Presidente Danilo Medina como candidato presidencial, y la oposición que encabeza el PRM, con su candidato Abinader.
