El lema de este año de la Segunda Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a celebrarse los días 10 y 11 del mes en curso, en Bruselas, Bélgica, es: Modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos. Sin dudas, tal disposición es un reflejo del ideal de los países participantes de que el trabajo conjunto y los esfuerzos unificados sean elementos claves para la planificación y el desarrollo.
La Unión Europea es una comunidad política cuyo propósito es propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados y pueblos de Europa. Esta comunidad fue conformada en 1958, inicialmente, por Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. Hoy día se han sumado Austria, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia.
Por su parte, la CELAC es un organismo intergubernamental de ámbito regional que procura el diálogo y concertación política entre los países de la región, creada en Caracas, Venezuela, en el marco de la III Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) en el año 2011. El documento de creación de la CELAC se conoce como la Declaración de Caracas, mediante el cual los países miembros concibieron este organismo como un «mecanismo representativo de concertación política, cooperación e integración de los Estados latinoamericanos y caribeños y como un espacio común que garantice la unidad e integración de nuestra región».
La CELAC está compuesta por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Argentina, Colombia, Brasil, Costa Rica, Surinam, Trinidad y Tobago, Bolivia, Chile, Ecuador, Venezuela, Haití, Honduras, Jamaica, México, Uruguay, Granadinas, Perú, Nicaragua, Guyana, Panamá, Paraguay, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Guatemala, Cuba, El Salvador, Granada, Barbados y República Dominicana.
Como vemos, en la cumbre estarán representados 61 países, reuniendo a gran parte de los miembros de las Naciones Unidas y a casi la mitad de los miembros del G-20. La importancia de esta cumbre radica en el valor de las relaciones económicas que se desarrollan entre los países de los dos continentes, así como el importante flujo migratorio que existe entre ambos.
En el año 2009, la Comisión de las Comunidades Europeas emitió una comunicación titulada “La Unión Europea y América Latina: Una asociación de actores globales”, dirigida al Parlamento y al Consejo europeos, en la cual se resaltaba la importancia de la asociación estratégica entre Europa y América Latina y el Caribe, puesto que facilitaba “el diálogo al más alto nivel, pone de relieve el carácter particular de la relación y dinamiza el programa birregional.”
En ese mismo documento se plantearon cuestiones que debían ser atendidas por ambas regiones y que representaban importantes retos: mejorar la coordinación en los asuntos estratégicos y en los diálogos políticos y sectoriales; promover la cohesión social; consolidar las relaciones económicas birregionales tanto a nivel de socios e inversionistas particulares como a nivel de alianzas entre países; desarrollar políticas que mitiguen el cambio climático y la protección del medio ambiente; la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas; y afrontar el tema de la migración desde la perspectiva del potencial benéfico que este fenómeno puede aportar en términos económicos, sociales y culturales tanto a los países de origen como de destino.
Más adelante, en el año 2013, en ocasión de la primera cumbre UE-CELAC celebrada en Santiago de Chile, fue elaborado y acordado un plan de acción para el período 2013-2015. Este plan de acción tuvo ocho ejes fundamentales: ciencia, investigación, innovación y tecnología; desarrollo sostenible, medio ambiente, cambio climático y energía; integración regional e interconectividad para promover la inclusión y cohesión social; migración; educación y empleo; el problema mundial de tráfico de drogas; género; y emprendimiento e inversiones para el desarrollo sostenible.
La segunda versión de este evento intergubernamental será presidida por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y por el presidente de Ecuador, Rafael Correa; y se ha organizado con dos sesiones de trabajo y un encuentro privado entre los jefes de las delegaciones asistentes.
La primera sesión se enfocará en revitalizar las relaciones entre ambas regiones y en la segunda se abordarán los tres principales temas globales que representan un reto para la población mundial: el cambio climático y la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, a celebrarse en diciembre de este año París, Francia; la agenda de desarrollo post-2015 a ser discutida en septiembre en Nueva York, EEUU; y la sesión especial en 2016 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre drogas.
La participación de Republica Dominicana en esta importante convergencia de naciones, con una delegación encabezada por el Ministro de Relaciones Exteriores Andrés Navarro, es una oportunidad de potencializar nuestra posición como uno de los más importantes países del Caribe, promoviendo nuestro valor turístico y nuestras riquezas naturales, presentando los atractivos de inversión y las potenciales áreas de desarrollo.
Hay que reconocer y valorar el trabajo desarrollado por el Ministro de Relaciones Exteriores, cuyos esfuerzos van en la dirección de “convertir al país en un centro logístico regional aprovechando sus ventajas de localización geográfica”, como establece el objetivo específico 3.3.7 de la Ley 1-12 sobre Estrategia Nacional de Desarrollo.