Luxemburgo, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) La reunión de ministros del Interior de la Unión Europea (UE) careció hoy de consenso para aceptar un plan de repartición de 40 mil inmigrantes entre los países de ese bloque regional.
Fuentes diplomáticas en esta capital señalaron que naciones como España, Hungría, República Checa y Reino Unido estuvieron en contra de conceder carácter obligatorio al cumplimiento del programa de repartición de foráneos exigido por la Comisión Europea (CE).
La propuesta debatida el pasado 23 de abril en una reunión del Consejo Europeo estipulaba un sistema de cuotas para 23 de los 28 miembros de la UE, determinada por su carácter temporal, excepcional y de emergencia, algo que España reclama se haga efectivo.
Para el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, la intención de la CE de imponer una redistribución de los inmigrantes llegados a Italia desde el pasado 26 de abril puede significar un problema en lugar de una salida a la situación de los foráneos.
La solución a ese asunto requiere del principio de la voluntariedad de los Estados, consideró Fernández Díaz, quien, en cambio, abogó por una ayuda a los países emisores para luchar contra las mafias de tráfico de seres humanos y para ayudar al control de sus fronteras.
El titular español del Interior se pronunció por poner en práctica una política europea de retornos.
Durante los pasados cinco años, España expulsó o denegó la entrada a 100 mil personas, mientras en su territorio mantiene a cuatro millones de extranjeros, en su mayoría de países fuera de la UE.
Luxemburgo, que asume la presidencia semestral del bloque comunitario el próximo 1 de julio, puso en duda la posibilidad de un consenso inmediato sobre el plan de cuotas.
Esperamos que para el venidero mes contemos con algún acuerdo sobre el referido programa, declaró el jefe de la diplomacia luxemburguesa, Jean Asselborn, en el marco de la reunión ministerial.
Durante las discusiones en esta urbe, Italia aceptó una ayuda europea para el control de fronteras, al ser la nación por donde más arriban inmigrantes a Europa, y un sistema de repatriación.
Pero Roma amenazó en su momento con negarse a aceptar el arribo a sus puertos de extranjeros rescatados en alta mar o a concederles el visado de Schengen, después que Alemania, Austria y Suiza cerraron sus fronteras al paso de foráneos provenientes de Italia la semana pasada.
El plan de cuotas comprende, sobre todo, a naciones como Alemania y Francia, pero los dirigentes de esas dos naciones recuerdan que junto a Suecia, Hungría e Italia, acogen al 75 por ciento de los inmigrantes que quedan en Europa.
La decisión de la CE y de la cumbre de la UE del pasado 23 de abril estuvo condicionada por un naufragio ocurrido en ese mes cerca de las costas de Libia, en el Mediterráneo, en el que perecieron más de 800 inmigrantes.