El gobierno de Corea del Sur ha desarrollado un app llamada “Sheriff inteligente” con la que los padres podrán saber qué hacen sus hijos por Internet. Todos los usuarios menores de 18 años deben instalarla en sus celulares inteligentes.
La aplicación monitorea los hábitos generales del usuario, de una manera similar a otras aplicaciones ya existentes en el mercado.
Los padres pueden saber dónde están sus hijos, qué aplicaciones están usando, qué tipo de formatos están consumiendo y qué conversaciones están teniendo, todo sin que el niño lo sepa o lo consienta.
El “Sheriff inteligente” alerta a los padres si identifica en conversaciones palabras que considera problemáticas, como “embarazo”, “suicidio” o “acoso”.
El lanzamiento de esta aplicación ha generado un debate nacional sobre los límites de la tecnología y el control.
Hay quienes consideran la aplicación del gobierno un ejemplo de los excesos de un estado paternalista y “gran Hermano” que quiere controlar a la población. Otros la valoran como una herramienta más generosa, para proteger a los menores del peligro.
Para los críticos, la cuestión del problema radica en que la aplicación es obligatoria.
Pero cada vez se hacen más preguntas sobre cuestiones que tienen que ver con la privacidad y la vigilancia.