París, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El combate contra el terrorismo es una guerra de civilización, afirmó este domingo el primer ministro francés Manuel Valls, a dos días de un atentado en una fábrica de productos químicos del sureste el país.
Estamos defendiendo nuestra sociedad, nuestra civilización, nuestros valores, expresó en entrevista con algunos medios nacionales de prensa.
Valls apuntó que la lucha contra el yihadismo «no la libramos solamente en Francia», al referirse a la intervención gala en Mali o a la coalición en Iraq. Será un combate largo, por lo que no pueden esperarse resultados inmediatos, añadió.
A su juicio, esta batalla se sitúa en el seno del islam. De un lado, un islam con valores humanistas, universales, y del otro, uno obscurantista y totalitario que quiere imponer su visión de la sociedad.
«Les recuerdo una vez más que las primeras víctimas de este terrorismo son los musulmanes», subrayó.
Hace dos días fue provocada una en una fábrica situada en la localidad de Isere, con saldo de un muerto y varios heridos.
El individuo sospechoso de cometer el atentado, calificado de terrorista por el gobierno, confesó que decapitó a su jefe, encontrado muerto en el lugar de los hechos.
El presunto autor del ataque fue vigilado por los servicios de inteligencia de 2006 a 2008. El hombre, puesto bajo arresto e identificado como Yassin Sahli, tiene 35 años y es originario de un poblado de la periferia de Lyon.
El ministro del Interior, Bernard, Cazeneuve, notificó el reforzamiento de la seguridad en la zona donde fue perpetrado el ataque.
Cazeneuve subrayó la movilización de gendarmes, policías y militares, con el fin de proteger sobre todo los lugares considerados más sensibles.
Francia se enfrenta a un alto nivel de terrorismo, una amenaza que se extiende más allá de nuestras fronteras, expresó el sábado a medios de prensa al término de un consejo de defensa convocado por el presidente François Hollande, en el que participaron varios ministros del gabinete.
Hollande había anunciado con anterioridad que Vigipirate, el sistema nacional de alerta, estará en su máximo nivel durante tres días en la región Rhône-Alpes donde ocurrió el ataque.
Tras los atentados de enero pasado en París, analistas alertaron de una eventual instrumentalización de lo ocurrido, con el fin de justificar determinadas acciones como la participación en conflictos armados en el exterior o medidas que podrían violar las libertades individuales.