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Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Un tercio de los adultos estadounidenses posee hoy al menos un arma, en su mayoría hombres blancos, reveló una investigación de la Universidad de Columbia que alerta sobre el reforzamiento de una cultura social de la violencia.

La pesquisa a cuatro mil personas evidencia un fuerte contraste en la posesión de armas por estado, variando de un 5,2 por ciento en Delaware a 61,7 por ciento en Alaska.

La tenencia de armas es 2,25 veces mayor en aquellos que reportan una cultura social de armas respecto a los que no, suscribieron los investigadores.

Aunque la idea de defender a su familia y su propiedad originalmente justificaba su posesión, ahora está instalada en la conciencia pública mucho más por los valores sociales constitucionales, reforzados por el repudio hacia los esfuerzos para limitar su disponibilidad, remarcaron.

Los responsables de la pesquisa argumentaron que la cultura de las armas debe ser considerada por las estrategias de salud pública como una gran preocupación y avanzar hacia su control en Estados Unidos.

Explicaron que aunque se le pone mucho énfasis a las muertes, resulta importante prestar atención a los sobrevivientes de la violencia con armas de fuego.

De acuerdo con el estudio publicado en la revista Injury Prevention, en 2013 murieron en esta nación norteña 33 mil 636 personas a consecuencia de balazos, mientras 84 mil 258 sufrieron algún tipo de herida.

Informes confirman que existen más de 300 millones de pistolas, rifles, fusiles de asalto y otros instrumentos para matar en inventarios privados estadounidenses.

Recientes masacres como la del 17 de junio último en una iglesia de Charleston, Carolina del Sur, donde murieron nueve afroamericanos, trajeron a colación una vez más la necesidad de iniciativas sobre el control de armas.

Días atrás, el presidente Barack Obama llamó a reflexionar acerca de la filosofía, el sistema de leyes, el control de las armas de fuego y el modo de vida que ocasiona comportamientos criminales como el ocurrido en Charleston.

Un artículo publicado el 19 de junio en el diario The Hill señaló que a pesar del crimen en la iglesia de Charleston, existe resignación entre quienes quieren límites más estrictos a la compraventa y posesión de armamentos, y son muy pocos los que estiman que aún pueden revivirse las propuestas sobre el tema eliminadas en años recientes.

De acuerdo con el texto, legisladores y especialistas estiman que si el Congreso no pudo actuar después del tiroteo en diciembre de 2012 en una escuela de Newtown, Connecticut, que provocó la muerte a 20 niños y seis adultos, todo parece indicar que el crimen en la Emanuel African Methodist Church tampoco podrá impulsar el asunto.

A pesar del impacto que tuvo la masacre de Newtown, el Senado rechazó en 2013 una propuesta para expandir las comprobaciones a los potenciales portadores de armamentos.

Ese mismo año, el presidente Barack Obama intentó avanzar en la regulación de la compraventa y uso de armas de fuego, pero fracasó debido al rechazo de grupos de presión como la Asociación Nacional del Rifle que cabildean a favor de quienes elaboran y comercializan esos artefactos.

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