El presidente Danilo Medina le mostró la noche de este miércoles al país el lado positivo de la reelección, durante un discurso de 19 minutos en el que dejó en manos de su Partido la decisión de repostularlo y en la voluntad de la población el que continúe cuatro años más al frente del Estado.
Para el presidente Danilo Medina, la reciente reforma constitucional constituye un paso de avance en el plano del estado de derecho y la expresión de las fuerzas vivas del país que la promovieron y que encontraron en el seno del Congreso el apoyo de las fuerzas políticas mayoritarias que la votaron, encabezadas por el Partido de la Liberación Dominicana.
A esas ponderaciones y otros señalamientos con los que defendió la legitimidad del proceso de reforma de la Carta Magna, el Ejecutivo agregó una detallada lista de realizaciones de su gestión de tres años y delineó los que serían parte de los proyectos a ser ejecutados tras su eventual reelección.
Una comparecencia cargada de optimismo que trajo consigo también el llamado a la confianza de la población sobre el comportamiento de su administración para garantizar el grado de transparencia que amerita un proceso electoral sin desmedro de los recursos públicos y el mantenimiento de la estabilidad.
Lo vemos y valoramos como un discurso enfocado en el tema de la reforma constitucional y la eventual reelección. Y que en ese sentido respondió a importantes inquietudes de la población.
No obstante, comprendemos las expresiones críticas sobre los alcances del mensaje presidencial, toda vez que se trató de una comparecencia esperada y deseada por la población desde hace un buen tiempo, a lo que se sumó la coincidencia con la finalización del plazo para la implementación del Plan Nacional de Regularización en medio de episodios de protestas y grandes expectativas creadas.
Consideramos, sin embargo, que leer y escuchar con detenimiento las palabras del Presidente, constituye un productivo ejercicio de reflexión ante un tema que como el de la reforma constitucional y la reelección, habremos de seguir discutiendo y ponderando, en función de un indetenible proceso de reformas institucionales que nos conduzcan al desarrollo de una democracia plena.