Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) La muerte a tiros de una mujer en San Francisco, presuntamente a mano de un inmigrante ilegal con un largo historial delictivo, intensifica hoy el debate sobre el tema migratorio en el Congreso estadounidense.
Kathryn Steinle, de 32 años, murió a manos de Juan Francisco López-Sánchez, un inmigrante mexicano con múltiples condenas por delitos graves, lo que refuerza enfoques divergentes entre republicanos y demócratas sobre la necesidad de una reforma integral del fallido sistema migratorio del país, señala hoy el diario digital The Hill.
Los republicanos acusan al gobierno del presidente Barack Obama de fracasar en hacer cumplir las políticas de deportación y otras leyes de inmigración, sin comentar que fue la oposición de ese partido la que impidió que el Congreso aprobara una reforma de las leyes, la cual habría permitido enfrentar con éxito estas acciones.
Por su parte, los demócratas alegan que con su bloqueo los opositores impidieron que los criminales fueran deportados con facilidad, a la vez que se distanciaron de de la ley santuario de San Francisco, una norma que protege a las familias inmigrantes de la expulsión.
Los defensores de las leyes santuario dicen que son una herramienta importante de lucha contra el crimen, fomentan la cooperación entre las fuerzas del orden locales y miembros de la comunidad que de otro modo podrían permanecer en las sombras por temor a ser deportados.
El enfrentamiento político llevó a la Casa Blanca a acusar a los republicanos de utilizar la muerte de Steinle para ganar puntos políticos con su base conservadora.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, alega que el gobierno hizo todo a su alcance para enfrentar lo que representa una amenaza para la seguridad pública.
El caso de San Francisco dio nuevas energías al polarizado debate sobre la inmigración, en especial luego de las incendiarias declaraciones del candidato a la nominación republicana Donald J. Trump, quien califica a los mexicanos inmigrantes de drogadictos y asesinos.
Según el diario The Washington Post, el Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) encontró que la gran mayoría de los si papeles no encajan en la categoría que se ajusta a la descripción de Trump: criminales peligrosos, cuyos delitos incluyen asesinato, tráfico de drogas o el tráfico ilegal de armas de fuego.
El CRS también indicó que los no ciudadanos representan un porcentaje menor de la población reclusa, en comparación con el porcentaje de la población total de Estados Unidos.
Un análisis de los datos del Censo 2010 en un próximo informe de la American Immigration Council, un grupo pro-inmigración, muestra que 1.6 por ciento de los inmigrantes varones de 18 a 39 años fueron encarcelados, en comparación con 3.3 por ciento de los varones nacidos en el país.
