México, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El crimen organizado es responsable hoy de numerosos incendios, tanto para extorsionar como por represalias en gran parte del territorio de México.
De 2008 a 2015 la prensa ha documentado por lo menos 230 incendios en 23 estados, en los que estuvo implicada la delincuencia organizada, según el diario El Universal.
El delito siempre tiene la finalidad de destruir, el móvil es lo que puede variar.
«No pagó, se queda sin local. El segundo es: este negocio es de la competencia, acabamos con ellos. Y el tercero, incendiamos para distraer o contener al gobierno como forma reactiva», dice el experto en seguridad Gabriel Regino.
Gimnasios, papelerías, talleres mecánicos y hasta pequeñas cafeterías están en la lista de los locales que han sido incendiados por el crimen.
Desde entonces, cada año se han registrado, en promedio, 30 incidentes de este tipo.
Más de 80 negocios han sido quemados en ese lapso de tiempo. Además de 35 centros nocturnos y 16 restaurantes en todo México, según la fuente.
Desde hace seis años y medio, las alarmas comenzaron a prenderse en diferentes zonas del territorio mexicano. Ciudad Juárez fue una de las principales. Los empresarios comenzaron a vivir las secuelas de la extorsión.
Chihuahua, y en especial su ciudad fronteriza, se convirtieron en la cuna de esta nueva tendencia del crimen para someter a los empresarios en México.
En mayo de 2008 se tiene el registro de los primeros ataques. El Bar La Finca, Rodeo Discoteque, el lote de coches Autos Nacionales, y la discoteca Vaqueras y Broncos fueron reportados como pérdidas totales después de que fueran incendiados el mismo día y posiblemente por el mismo comando armado.
Ahora su presencia no se limita al norte de la nación. Estas acciones se han visto también en lugares como Morelos, entidad que se ha sumado a la lista de las zonas con altos índices de violencia.
En junio de este año el bar La Sirenita y El Refugio de los Mandilones, ambos ubicados en Yautepec, fueron quemados por sujetos armados que entraron y rociaron garrafones de gasolina en el lugar, sin importar que hubiera personas en el interior.