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Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) A causa de la violencia policial, Estados Unidos pudiera llegar a los mil muertos en lo que queda de año, indican hoy medios de prensa.

Un reciente estudio del diario británico The Guardian mostró que en los primeros seis meses del año 2015, al menos 547 personas murieron a causa de acciones de las autoridades, lo cual significa que perdieron la vida una media de tres personas al día.

De todas las víctimas, 478 fallecieron a causa de disparos, 31 murieron tras serles aplicada la pistola Taser, 16 fueron atropellados por vehículos policiales y 19 perdieron la vida cuando estaban bajo arresto.

En esa epidemia que se propaga por Estados Unidos, la ciudad de Los Ángeles ocupa un lugar destacado y suman 22 los fallecidos en tiroteos con los uniformados en lo que va de año, según informes policiales.

El diario californiano La Opinión informó que entre los últimos fallecidos están dos hombres que sostenían cuchillos en la calle, uno que ingresó a una casa abandonada, otro que a bordo de un vehículo atropelló a un alguacil y uno más que supuestamente llevaba una pistola en el carro.

En el mismo periodo del 2014 fueron 18 los fallecidos al ser baleados por los agentes del orden de las diversas corporaciones policíacas que hay en el condado, según datos oficiales publicados por el diario Los Ángeles Times.

El caso más reciente ocurrió el lunes a las 10:30 a.m. cuando Jason Hendley, afroamericano de 29 años, fue baleado por oficiales del LAPD en una calle de Sylmar luego de que matara a cuchilladas al prometido de su madre.

Ese mismo lunes, también por la mañana, pero en Lakewood, agentes del Sheriff acribillaron a un hombre que a bordo de un vehículo BMW arrolló a uno de los uniformados que intentaba arrestarlo.

Otro caso polémico registrado recientemente fue la muerte de un desamparado identificado como Johnny Ray Anderson, de 43 años, quien vivía con su esposa en una casa abandonada de Hawaiian Gardens a donde acudieron oficiales del Sheriff para matarlo, precisa La Opinión.

Uno de los casos más sonados de muertes a manos de la Policía de Los Ángeles (LAPD) fue la del joven afroamericano Ezell Ford en agosto de 2014, y por la cual el jefe Charlie Beck deberá responder ante un juez.

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