La deuda pública interna y externa de la República Dominicana al cierre del mes de marzo pasado, última cifra oficial del Departamento de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, monta los US$22,635 millones que con respecto a un Producto Interno Bruto estimado de US$65,691 millones representa el 34.5% del PIB.
Con respecto al 31 de diciembre del 2014, la deuda total se redujo en el mes de marzo pasado en US$1,174 millones o un 4.9%, gracias a la recompra del 98% de la deuda del país con Petrocaribe.
Es sin duda alguna, una de las mejores posiciones de deuda de los países de América Latina, lo que contradice especulaciones de sectores de oposición al Partido de la Liberación Dominicana y de su gobierno, que sitúan en forma manipulada el nivel de deuda hasta de un 51% del PIB.
Por su composición, es también una deuda bastante sana. Veamos su evolución: en 2011 representó US$16,593 millones o el 28.5% del PIB, en 2012 US$19,463 millones o el 32.2%, 2013 US$23,203 millones o el 37.9%, en 2014 US$23,809 millones o el 37.2 y en marzo pasado US$22,635 millones o el 34.5%.
Es aún más sana si tomamos en cuenta que todavía siendo el 65% externa en diversas monedas fuertes, principalmente dólares, un 18% de ese total es con organismos multilaterales FMI, BM, BID y otros, y un 10% bilateral o con gobiernos amigos y tan solo un 2.7% con bancos comerciales internacionales. Y también, que con todo y lo que se ha incrementado la participación dominicana en el mercado de bonos soberanos en los últimos años, éstos tan sólo alcanzan el 34% del total de la deuda externa. En éste último caso, con una madurez de hasta 16 años.
Y el secreto que mejor se guardan los críticos del PLD y del Gobierno: que del total de la deuda interna, sólo es imputable los RD$132,362.2 millones en bonos del Tesoro para pagar los intereses de los certificados financieros, de los cerca de RD$320 mil millones negociados por el Banco Central, congelados y depositados en las bóvedas de la institución para ser redimidos a vencimiento y cuando lo requieran sus propietarios.
Y sobre este particular, el Ministerio de Hacienda ha aclarado: “Es importante resaltar que, de acuerdo a los artículos 8 y 11 del Reglamento de la Ley No. 167- 07, estos instrumentos no son amortizables en efectivo (los bonos del Tesoro), sino que se sustituyen, a su vencimiento, por nuevos instrumentos con características acordes con las condiciones vigentes en el mercado (plazos y tasas de interés). Luego de que el Banco Central sea capitalizado, el reembolso del capital se realizará con el superávit generado por el Banco Central en cada año”.
A pesar de lo que dice la Ley de Recapitalización del Banco Central, los críticos del PLD y del Gobierno persisten en sumar a la deuda, con claros visos de manipulación, el valor total de los certificados financieros y hasta la deuda de la CDEEE por compra-venta de energía, para montarse en forma interesada por encima del 50% del PIB.
Ejercicio fútil que en nada les ayuda a comprender la realidad dominicana, puesto que lo que asienta y certifica la comunidad financiera internacional es la deuda del Ministerio de Hacienda, varias veces verificadas por el FMI, el BM y otros organismos de control internacional.
Así que se quedaron “con el madero al hombro” los que desean compararnos con la difícil situación de deuda que hoy enfrentan naciones como Grecia y Puerto Rico.