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París, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El presidente francés, François Hollande, consideró que el acuerdo alcanzado sobre Grecia es una decisión histórica, al impedir la salida de ese país de la Eurozona.

Al término de una cumbre de jefes de Estado y de gobierno en Bruselas, Hollande declaró a medios de prensa que tras largas horas nocturnas de debates acordaron un plan de reformas para iniciar negociaciones formales sobre un tercer programa de rescate.

Precisó que el Parlamento griego se reunirá en las próximas horas para adoptar las nuevas reformas y habrá un periodo de negociación para acceder al programa de ayuda, cuyos detalles aún no se divulgaron.

Se trata de un país que está en el corazón de nuestra civilización. Es una nación amiga que quiso entrar en la Unión Europea y en la Eurozona, subrayó.

A su juicio, si Grecia hubiera salido de la Eurozona, podría pensarse que el grupo no era capaz de mantener su integralidad y mostrar solidaridad y que la nación helena no podía asumir su responsabilidad.

El territorio heleno tiene que lograr la competitividad y el crecimiento porque sin crecimiento la deuda no será sostenible, apuntó el mandatario galo.

Agregó que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, hizo una elección valiente con relación al logro del entendimiento con sus acreedores.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, expresó que el acuerdo unánime logrado permitirá seguir apoyando a ese país.

Hemos acordado en principio que estamos preparados para empezar las negociaciones de llevar un programa al Mecanismo Europeo de Estabilidad. El Eurogrupo trabajará de manera estrecha con las instituciones para seguir avanzando en las negociaciones, manifestó.

Tusk añadió que los ministros de Finanzas debatirán con carácter urgente cómo ayudar a Grecia a afrontar sus necesidades financieras a corto plazo, lo que se ha llamado financiación puente.

El plan de medidas presentado por Atenas está recogido en un texto de 13 páginas que incluye elementos como el aumento de los impuestos y de la edad de jubilación, además de reformas en la administración pública.

Estas directivas son rechazadas por la coalición de izquierda Syriza y gran parte de la población griega. Sin embargo, el primer ministro Alexis Tsipras señaló en días recientes que buscan conseguir el mejor acuerdo posible para el país.

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