“Ahora nuestros niños no se quedarán fuera de la escuela”, es la expresión espontánea que sale de los labios de Eneida Matos, madres de dos niños, residente en el sector El Libertador de Herrera.
Esta madre, igual que muchas otras del sector, expresa la satisfacción al saber que sus hijos tienen su educación asegurada, con la construcción de la Escuela Básica Profesor Pedro Aponte, porque el 40 por ciento de los niños del barrio se quedaban fuera de las aulas por falta de cupo.
José Manuel Angomás, presidente de la Junta de Vecinos, dice que es la mejor obra que ha tenido la comunidad y que el presidente Danilo Medina convirtió en realidad un sueño de 25 años.
“Con esta escuela estaré más tranquila porque no tendré que mandar a mis hijos a estudiar de noche”, dijo Eneida, con evidente alegría en su rostro.
Mariano Peralta, enlace de las organizaciones comunitarias con las autoridades, agrega a esa alegría y tranquilidad de Eneida Matos, la importancia de tener un centro educativo que ahora dispone de biblioteca, un centro de informática, laboratorio de ciencias, un salón multiuso y un comedor con capacidad para 160 estudiantes.
Rosa María Sarit, directora de la escuela, es otra de las personas que expresa su felicidad, porque sufría mucho cuando tenía que decirles a los estudiantes y a sus familias que ya no había cupo.
Explica que el 40% de los estudiantes se quedaban sin inscripción, pese a que superpoblaba los destartalados cuartos que usaban como aulas docentes, divididas con cartones viejos.
Ahora la escuela tiene 20 aulas con capacidad para setecientos estudiantes, lo que permitirá que también niños y niñas de sectores aledaños como Guajimía, Barrio Duarte, Buenos Aires, Alas del Caribe,
El Abanico, Ensanche Altagracia, entre otros, reciban docencia en confortables, dignas y hermosas aulas.
Fanneiry Rodríguez, madre residente en el sector, dice que su mayor satisfacción es que los estudiantes que pasan del octavo al primero del bachillerato ya no tendrán que asistir de noche a la escuela.
Ella resume su satisfacción como “un alivio y una gran ayuda para las madres”.
Teodora Rodríguez, expresa que la Jornada Escolar Extendida es “una maravilla para mí, porque ahora mi hija no andará en la calle, ni tendré que comprar comida porque se la darán en la escuela”.
No solo las madres y dirigentes comunitarios, celebran la nueva escuela, los comerciantes también valoraron los beneficios que ha llevado la Revolución Educativa a la comunidad.
Samuel Morales, propietario del colmado PM3, incrementó las ventas durante la construcción de la escuela y tiene la certeza de que le irá mejor cuando comiencen las clases.