La Habana, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El Buró Federal de Investigaciones (FBI) debe informar en septiembre a un magistrado sobre una pesquisa que sigue contra la aspirante demócrata Hillary Clinton por el uso de un servidor privado para sus correos electrónicos.
Ahora, 61 por ciento de los estadounidenses piensan que la candidata presidencial demócrata no es un buen ejemplo de honestidad y honradez, según reveló un nuevo sondeo de la Universidad de Quinnipiac.
Eso, en parte, es atribuible a la persistente campaña desplegada por el Partido Republicano contra la primera mujer con posibilidades de llegar a la Casa Blanca y su gestión al frente del Departamento de Estado.
El fantasma del uso de un servidor privado para los correos electrónicos durante su mandato al frente de esa secretaría es caldo de cultivo para las críticas contra la exfuncionaria y los republicanos nunca estuvieron interesados en que el problema se aclarara con rapidez, ya que eso le quitaba una munición ideal contra Hillary, estiman comentaristas políticos.
Pese a las acusaciones de que politizaban el asunto con fines electorales no fue hasta después del anuncio de Clinton de que aspiraría a la presidencia, que los republicanos comenzaron a profundizar en el caso.
El tiempo corre a su favor y aunque no logren probar nada sobre el mal uso de los correos electrónicos y las probables afectaciones de esto para la seguridad del país, dilatar el asunto influye en los votantes, tal como evidencian las encuestas, indican medios de prensa,.
El 61 por ciento es la puntuación más baja sobre la honestidad y la honradez desde que Quinnipiac comenzó el seguimiento de la campaña de la fémina en abril.
Ahora apenas el 34 por ciento de todos los votantes ve a la ex secretario de Estado como alguien honesto y digno de confianza.
Sin embargo y pese a la andanada de críticas en su contra, Clinton supera al puntero de los republicanos Donald Trump, 45 por ciento a 41 por ciento en una hipotética elección nacional, al igual que al exgobernador de Florida Jeb Bush, 42 a 40 y al senador Marco Rubio 44 a 43, aunque sondeos anteriores de Quinnipiac le daban mayor ventaja. El daño es real.
Evidentemente, la campaña contra la fémina erosionó poco a poco su popularidad a raíz de las revelaciones.
Pero, ese servidor y una unidad de disco USB de copia de seguridad fueron entregados a investigadores del Departamento de Justicia a principios de este mes.
Hace varios días ocurrió un hecho llamativo, el juez federal de distrito Emmet Sullivan, nombrado bajo el gobierno de William Clinton, durante una audiencia presuntamente añadió más fuego a la controversia cuando aseguró que la favorita demócrata en la carrera por la presidencia del país violó la política gubernamental.
Sullivan señaló que las acciones de Clinton complicaron la capacidad del Departamento de Estado para responder a las solicitudes de registros sobre diversos temas y ordenó al Departamento de Estado seguir en contacto con el FBI para determinar si el servidor privado que utilizó contiene registros oficiales que la incriminarían en una acción judicial.
Las aseveraciones del magistrados ocurrieron en momentos en que la campaña de la fémina trata de desligarse del problema que es usado por los republicanos desde hace meses con fines políticos para hacer declinar su favoritismo tanto en las primarias demócratas como para las elecciones presidenciales.
Según Brian Fallon, portavoz de su campaña, el uso de una cuenta de correo electrónico personal era consistente con la práctica de otros secretarios de Estado, y permitido por la política del departamento en el tiempo.
Como parte de la controversia el FBI tiene al menos 30 días para inspeccionar el servidor utilizado, mientras crecen las expectativas sobre qué revelará la investigación de la cual la agencia debe informar a Sullivan el 21 de septiembre, antes de que tenga lugar la próxima audiencia el 1 de octubre, según trascendidos.
Por eso, algunos creen que el informe de los federales a Sullivan termine por esclarecer el problema y Clinton repunte en su campaña o termine de hundirse.