En una reunión con el Presidente Maduro de Venezuela, día anterior a las elecciones congresionales de ese país, de una delegación de UNASUR encabezada por el Dr. Leonel Fernández, nos daba seguridad de que el PSUV y el gobierno aceptaría los resultados electorales.
Su afirmación se basaba en una posición sustentada por el fallecido Comandante Chávez de que el sistema electoral fuera transparente y lo más perfecto posible porque había que “dejar al pueblo expresarse”.
Agregó señalando que Hugo Chávez había reconocido una derrota electoral a propósito de un proceso anterior. Para ellos los pueblos hablan cuando se hace una consulta, como lo es un referéndum, o cuando se realizan comicios para cargos de elección popular. Desconocer los resultados es desconocer el lenguaje de la población.
Por demás aseguraba que el sistema electoral era eficiente y transparente. Sobre esto el Dr. Leonel Fernández, a nombre de UNASUR, había declarado, previamente, en rueda de prensa y repetido al Presidente Maduro, que el “sistema electoral estaba blindado”; lo afirmaba porque había sido comprobado por cerca de 40 expertos y técnicos electorales que acompañaba la misión de UNASUR y verificado en 19 auditorías que habían sido practicadas antes del proceso comicial del 6 de diciembre. Con posterioridad a la votación se efectúa automáticamente y por ley una auditoría sobre el 54% de las 40 mil 600 mesas electorales, sorteadas por recintos electorales.
En respuesta a una pregunta que le formulé al Presidente Maduro, indagando sobre el por qué los candidatos opositores lucían ocultos y los dirigentes callados, respondió diciendo “ellos buscan que la crisis económica nos derrote”. Efectivamente, la crisis produjo efectos y el 15% de los chavistas votó por la oposición alcanzando el 57% de los votos y la alianza de gobierno el 43%. Hubo “voto de castigo” de sus propios compañeros y no por querer votar por candidatos específicos de la oposición.
He advertido que eso puede pasar aquí con el PLD, excepto que se hagan algunas cosas; una de ellas es que todo el cuerpo partidario asuma el proceso y no creer (como lo dicen los funcionarios de la sociedad civil y dirigentes del PLD, todos del entorno del Presidente Medina) que “se gana sin Leonel”.
La otra cosa es que muchos peledeístas nos avergonzamos con los desafueros producidos en las primarias internas de este domingo 13 de diciembre pasado. He sostenido en los organismos de dirección del PLD que debemos organizar la estructura partidaria por mesas y recintos electorales; ubicando a los miembros del Partido en comités de base y comités intermedios que voten en esas demarcaciones electorales. Así dejamos atrás los “grupos” que crean ruidos y desnaturalizaciones. Desde hace un tiempo líderes de grupos se resisten y se han plantado con fuerza. Sin embargo, que llegó el momento para proceder.
Cuando nos correspondió organizar y dirigir la parte electoral del Partido pusimos en manos de cada militante un padroncillo de 20 electores, como trabajo electoral básico. En Venezuela el movimiento bolivariano trató de hacer algo parecido y lo llamaron el 1 por 10.
La estructura partidaria debe superar las luchas grupales, debe ser montada en el sistema electoral para adecuar la organización y crear nuevas condiciones que abran mucha oportunidades de participación a las bases y a las nuevas generaciones.