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Teherán, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Irán acusó hoy a Arabia Saudita de atizar tensiones en Medio Oriente y consideró apresurada la decisión del reino árabe de cortar relaciones diplomáticas, en respuesta al asalto a su embajada y consulado en este país.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hossein Jaber Ansari, señaló que Riad mira por sus intereses y por su existencia al impulsar crisis y confrontaciones, e intentar resolver sus problemas internos exportándolos.
Al reaccionar al anuncio hecho este lunes por el canciller saudita, Adel Al-Jubeir, de cortar los lazos y dar 48 horas a todo el personal iraní para abandonar el estado árabe, Ansari señaló que lo ocurrido con las misiones diplomáticas «no es la primera vez que pasan cosas así en el mundo».

De acuerdo con el vocero, al cortar los vínculos bilaterales, el reino wahabita da continuidad a «su política de incrementar tensiones y enfrentamientos en la región», e insistió en que Irán siempre protegió las misiones diplomáticas y combatió las transgresiones en ese sentido.

La decisión de Riad siguió a los incidentes del fin de semana en la embajada saudita en Teherán y el consulado en la ciudad de Mashhad, cuyos inmuebles fueron violentados e incendiados por personas indignadas debido a la ejecución el sábado del jeque chiita Nimr Baqr Al-Nimr.

El gobierno iraní reforzó la seguridad de las sedes diplomáticas y arrestó a 44 personas implicadas en los actos vandálicos, mientras el presidente Hassan Rouhani repudió esos hechos «totalmente injustificables».

Sin embargo, Riad responsabiliza a las autoridades de Teherán de incitar a esas manifestaciones a raíz de comentarios críticos por lo que aquí varios funcionarios políticos, jerarcas religiosos y parlamentarios calificaron de asesinato la ejecución de Al-Nimr.

Ayer, el líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolah Alí Khamenei, valoró la ejecución del influyente jeque chiita como un «error político del gobierno saudita» que «obsesiona a sus políticos» y «acto injustificado que tendrá venganza divina».

La sangre derramada injustamente de este mártir tendrá rápidas consecuencias, vaticinó el máximo guía político y religioso del país persa, mientras el Consejo de Guardianes de la Constitución elogió la figura de Al-Nimr, de 56 años, y que estuvo más de una década estudiando teología aquí.

Además, ese órgano describió la muerte como «un crimen atroz que probó la malicia y crueldad» de los gobernantes sauditas, mientras el canciller Mohammad Javad Zarif deploró «otro paso en línea con políticas divisorias» que «atenta contra los estándares internacionales de derechos humanos».

Por su lado, el director general para Asuntos Políticos y de Seguridad Internacional en la cancillería iraní, Hameed Baeedinejad, señaló hoy que romper lazos con este país es justo una cadena en una serie de decisiones apresuradas adoptadas por los nuevos líderes sauditas.

Mencionó como supuestos reveses o malas políticas sauditas la agresión a Yemen, la estampida mortal de septiembre pasado en La Meca, el fracaso de las políticas de aliento de la guerra en Siria e Iraq, el presunto apoyo a grupos extremistas y la reacción regional contra la muerte de Al-Nimr.

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