Ottawa, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El análisis de datos reunidos en una inspección de la principal región petrolera y gasífera en el oeste de Canadá sugiere una relación entre el fracking y algunos terremotos en la zona.
De acuerdo con la revista Amazings en su más reciente edición, las conclusiones difieren de las de algunos estudios realizados en la zona central de los Estados Unidos, donde el fracking en sí mismo no está considerado como la causa principal de un incremento en sismicidad en la región.
En el caso de las investigaciones estadounidenses, se tiende a creer que la proliferación de cientos de pequeños terremotos en esa parte del país está causada principalmente por grandes cantidades de agua residual inyectada de vuelta al suelo luego de la extracción del petróleo y el gas.
El nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de la geofísica Gail M. Atkinson, de la Universidad del Oeste, de Ontario, en Canadá, no tuvo entre sus objetivos examinar por qué la sismicidad inducida estaría relacionada con procesos aparentemente diferentes.
Sin embargo, algunos campos petrolíferos y gasísticos en Estados Unidos, especialmente en Oklahoma, emplean cantidades muy grande de agua en sus operaciones, llevando a una inyección mucho mayor que en las canadienses.
Así que es posible que la masiva inyección de aguas residuales en Estados Unidos esté enmascarando otra señal de sismicidad inducida causada por el fracking en sí mismo, tal como apunta Atkinson.
«No estamos totalmente seguros sobre que no haya más sismicidad en el centro de Estados Unidos por fracturación hidráulica de lo que se reconoce habitualmente», dijo el especialista.
El proceso de fracking utiliza disparos de fluido a alta presión para romper rocas del subsuelo y liberar el petróleo y el gas natural atrapados.
Tanto las inyecciones por la acción directa de esa forma de extracción como las de aguas residuales pueden incrementar la presión del fluido en los poros y fracturas naturales en la masa rocosa, o cambiar el estado de tensión estructural en las fallas existentes, y producir terremotos.
La Cuenca Sedimentaria del Oeste de Canadá contiene una de las reservas más grandes del mundo de petróleo y gas, y está sembrada de miles de pozos de fracking.
Atkinson evaluó la posible relación de 12 mil 289 pozos de fracturación hidráulica y mil 236 de inyección de aguas residuales, con terremotos de magnitud tres o superior en un área de 454 mil kilómetros cuadrados cerca de la frontera entre Alberta y la Columbia Británica, entre 1985 y 2015.