América Latina se adentra en los días finales de 2017 en medio del tenso panorama social y de inestabilidad política imperante en naciones como Argentina, Perú y Honduras.
La capital argentina resulta escenario en las últimas jornadas de masivas manifestaciones populares reprimidas con mano dura por los efectivos policiales con saldo de cientos de heridos y decenas de detenidos, tras la aprobación en el Congreso de la denominada reforma provisional.
Defendida a ultranza por el presidente Mauricio Macri, la normativa convertida en Ley constituye un nuevo golpe a las clases más desfavorecidas de esta nación sudamericana, pues afecta directamente a los jubilados y pensionados.
Desde su llegada al poder en diciembre de 2015, Macri ha impulsado una serie de medidas bajo el argumento de potenciar el crecimiento económico, iniciativas que incluyen además una reforma tributaria que recibió luz verde en la Cámara de Diputados y se debatirá hoy en el Senado.
Voces de la oposición aseguran que el nuevo proyecto de ley busca aligerar la carga impositiva a las capas más pudientes de la sociedad y traslada ese peso a la clase trabajadora y los argentinos más pobres.
A la oleada neoliberal impulsada por el gobierno de Argentina y respaldada por la mayoría oficialista del Congreso, las fuerzas populares mantienen las protestas en las calles de Buenos Aires a golpe de cacerolas en defensa de los derechos de los desfavorecidos.
Desde Perú llegan también señales perturbadoras ante la inminente crisis institucional, debido al proceso de destitución parlamentaria del presidente Pedro Pablo Pedro, el cual se debatirá mañana jueves en el Congreso de la República.
El pedido de juicio político contra el mandatario responde a alegatos de incapacidad moral para gobernar, debido a presuntas relaciones con la empresa brasileña Odebrecht cuando formaba parte de la administración de Alejandro Toledo (2001-06).
Este miércoles aterrizó en suelo peruano procedente de Canadá, donde fungía como embajador, el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, como potencial reemplazante del mandatario si este fuera destituido por el ente parlamentario a partir de mañana.
Fuentes legislativas alegaron que el proceso de destitución del jefe de Estado podría tomar varios días, si el imputado lo necesita para dar explicaciones y defenderse.
En medio de la incierta situación política, diversos colectivos ciudadanos convocaron para hoy en Lima a una marcha contra la corrupción y contra el partido Fuerza Popular (FP), mayoritario en el parlamento, bajo el lema “que se vayan todos los corruptos” y en demanda de nuevas elecciones generales.
La convocatoria a la movilización rechaza las maniobras de FP para establecer una dictadura sobre los organismos de justicia y todo el aparato estatal, aprovechando como factor de distracción el proceso de destitución del mandatario.
Mientras, en Honduras también se esperan nuevas manifestaciones populares, luego de que la Alianza de Oposición contra la Dictadura llamara al pueblo a movilizarse hoy contra los asesinatos ejecutados por militares, paramilitares y policías contra los partidarios de su candidato Salvador Nasralla.
El presidente hondureño Juan Orlando Hernández es acusado de fraguar un fraude en las urnas en complicidad con el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para lograr su reelección en los polémicos comicios del 26 de noviembre último.
Desde entonces, las protestas y manifestaciones se han sucedido en todo el país, fuertemente reprimidas por orden del gobierno y que le han costado la vida a una veintena de personas, hecho condenado este miércoles por expertos de Naciones Unidas.
En ese contexto, la posibilidad de un diálogo que ponga fin a la crisis política en Honduras estaba latente hoy luego que el candidato opositor Salvador Nasralla, aceptara una invitación del mandatario Hernández al respecto.
Cuando el 2017 llega a su fin, en estos países latinoamericanos muchos tienen escasos motivos para festejar, y sí varios para manifestarse en defensa de sus derechos.