En un día de tensa calma en el que finalmente se aprobó la reforma previsional, los argentinos volvieron a repicar las cacerolas en varios puntos de la capital y frente al Congreso en rechazo a este proyecto.
La iniciativa, convertida en ley después de una jornada de debate de casi 17 horas, marcada por una fuerte violencia en las calles por protestas masivas que terminaron en lamentables episodios, sigue generando fuerte inconformidad.
A esta hora, pasada las 23:00, en la popular avenida de Callao y frente al Palacio de los dos Congresos al igual que en varios barrios se escucha desde hace largo rato el repicar de las cazuelas y cucharas para mostrar de forma pacífica el rechazo a la reforma.
También muestran su disconformidad con el proyecto de reforma tributaria que en estos momentos se da en la cámara de Diputados que, entre otras cosas, propone la rebaja de impuestos distorsivos, grava la renta financiera y modifica gravámenes internos.
«Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode», se siente en las calles entre tantos cánticos y consignas como «si este no es el pueblo, el pueblo donde está».
Tras la jornada de explosión social registrada ayer, que terminó con unos 160 heridos y 60 detenidos, el presidente, Mauricio Macri, ofreció una conferencia de prensa en la que defendió las propuestas de reformas que impulsa.
Son muchas las reformas que tenemos que encarar para construir la Argentina que nos incluya a todos, resaltó el mandatario tras considerar que la violencia vivida ayer en la ciudad «fue claramente orquestada, premeditada, en la cual se buscó que no funcionara el Congreso».