Rusia consideró absurda la acusación de Estados Unidos contra 13 ciudadanos de este país por supuestamente interferir en las elecciones norteamericanas y por conspirar contra algunos de los candidatos presidenciales.
Tal acusación demuestra la verdadera esencia de la actual política estadounidense, declaró la vocera de la cancillería rusa, María Zajarova, al comentar la acusación del fiscal especial estadounidense, Robert Mueller.
Ahora resulta que 13 ciudadanos rusos se inmiscuyeron en los asuntos internos de Estados Unidos, enfrentados a los presupuestos millonarios de las fuerzas de seguridad norteamericanas, contra la inteligencia y nuevas tecnologías, comentó.
Eso claro que es absurdo, espetó la portavoz en su cuenta de Facebook, en referencia a la formulación de las acusaciones de Mueller, quien se refirió a una conspiración entre esas personas y una injerencia directa en los comicios.
Llama la atención que en su exposición, el fiscal especial utiliza como justificación el hecho de que supuestamente los ciudadanos rusos acusados se pronunciaron contra las candidaturas de la demócrata Hillary Clinton y los republicanos Marcos Rubio y Ted Cruz, dijo la vocera.
Sin embargo, los acusan por igual de favorecer al republicano Donald Trump y al demócrata Bernerd Sanders, durante la campaña electoral, aunque en ese mismo tiempo la mayoría de los medios de prensa asediaban a Sanders y al actual mandatario norteamericano, recordó la diplomática.
La televisión local rememora que en las presidenciales rusas de 2012 fueron claros los hechos de injerencia estadounidense en ese proceso que incluyó la creación de condiciones para alentar protestas antigubernamentales y el pago a organizaciones con ese fin.
Los órganos de inteligencia norteamericanos actuaron para desestabilizar a esta nación, de tal forma que las autoridades debieron identificar a las estructuras como algunas organizaciones no gubernamentales, dedicadas abiertamente a crear caos en el país.
Tras la inesperada derrota de Clinton en los comicios de noviembre de 2016, los demócratas y algunos políticos republicanos desataron una fuerte campaña mediática para acusar a Rusia de interferir en las elecciones estadounidenses.
Además de las acusaciones presentadas esta jornada, Washington aplicó ya varias rondas de sanciones contra Rusia bajo el improbado argumento de la interferencia en el sistema político norteamericano.
