Opinión

Algunos políticos de la oposición que aspiran a ser nominados candidatos a la presidencia de la república han adelantado escoger como contrincante para los comicios de 2020, al presidente del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, Leonel Fernández.

Sin embargo, en los corrillos periodísticos y de los analistas políticos establecidos como hacedores de opinión pública, sólo son vistos como hicoteas que corren detrás de la liebre, y quienes, para lograr su objetivo tendrían que producirse “cambios milagrosos” del contexto en que nos encontramos.

Tales consideraciones son sostenidas también (palabras más, palabras menos) por dirigentes y miembros que apoyan las aspiraciones de Fernández a ser postulado candidato presidencial por el PLD en las próximas elecciones generales.

La actitud de esos políticos que lucen ridículos corriendo detrás de Leonel, está de manifiesto en los ataques desaforados y sin razón que lanzan contra el líder peledeísta, y abiertamente cuando procuran imitar alguna actividad política como las hace Fernández.

De ahí la infausta petición de Hipólito Mejía para, por ejemplo, que se diga de dónde salieron los fondos para la construcción de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), entidad que fue fundada por el ex presidente de la república y presidente del PLD.

El mismo tristemente recordado ex presidente de la república, decidió pronunciar una alocución al país (que en principio se dijo sería un acto bajo techo) luego de que Fernández realizó un majestuoso acto en el Palacio de los Deportes, donde proclamó que su proyecto presidencial no tiene marcha atrás.

Cumpliendo con lo anunciado en su discurso de acudir a todos los municipios del país a conversar con las masas peledeístas y no peledeístas que lo respaldan, Fernández visitó Santo Domingo Norte, a donde el aspirante a la nominación presidencial del Partido Revolucionario Moderno –PRM- acudió un día después.

Sea o no, que haya decidido caerle atrás a Leonel Fernández porque lo escogiera como contrincante, lo cierto es que los comentaristas de medios escritos, radio y televisión refieren esos hechos como una “estrategia fallida”, que lo expone a recibir la misma expresión que le dijera en una competencia anterior el propio Leonel: “Sueña Pilarín”.

Otros políticos de oposición destacados por la agresividad de sus expresiones contra Fernández y el PLD, parecen visualizar desde ya que él será el candidato presidencial en las elecciones del año 2020, y lucen más empeñados en atacarle que en alcanzar la nominación por el partido a que pertenecen.

A ciencia cierta, cuando todavía faltan más de tres meses para que entremos al año preelectoral, predomina la actividad política en la atención pública de República Dominicana.

La Veeduría Pública

Así, por ejemplo, el alcalde del Distrito Nacional, puesto a sonar como aspirante a la nominación presidencial, también ha sido ampliamente criticado por no solucionar problemas fundamentales que afectan a la capital.

Entre esos males figura la falta de atención a las graves inundaciones que afectan las principales calles y avenidas de la ciudad, como le observó el Senador por el Distrito Nacional, Reinaldo Pared Pérez.

Así lo establece un reportaje publicado en VANGUARDIA DEL PUEBLO, calzado con la firma de Héctor Olivo, titular de la Secretaría de Comunicaciones del Partido de la Liberación Dominicana.

Pared Pérez, quien también es secretario general del PLD, dijo que el alcalde de la capital tiene que ponerse en lo suyo, porque se ha vuelto “Buche y Pluma nomás” como reza un viejo adagio de nuestro país, apoyado en el trato amable y complaciente de algunos medios de comunicación.

Contexto

Por lo visto, las diferentes parcelas políticas no mantienen el criterio de que en el ring no se gana sólo evadiendo los golpes, sino que también hay que lanzarlos.

En el cuadro político que hoy presenta el país, los actores que adversan al PLD se manejan como quienes están convencidos de que Leonel Fernández será su candidato presidencial en las próximas elecciones generales, por lo que están más empeñados en atacar al presidente del partido oficial, que en alcanzar la postulación por el partido a que pertenecen.