Decidir es un derecho de la membresía. La Ley 33-18 sobre Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, nos despoja del derecho fundamental a trazar la vida interna partidaria, con lo cual evidentemente se quiebra el sistema de representación y de democracia interna de nuestra organización. En el PLD, los estatutos establecen que la elección de sus candidatos se realiza mediante primarias cerradas, evitando así que un tercero, ajeno al partido, tenga el mismo derecho que nosotros a escoger los postulantes.
Es motivo de preocupación para la familia morada esta violación constitucional, puesto que se nos está desconociendo un derecho fundamental consagrado en ella y en varias convenciones internacionales a la libertad de asociación y con él la democracia interna en los partidos, también normada por la propia Constitución. Si cada partido “tiene derecho a decidir la modalidad, método y tipo de registro de electores o padrón…”, no procede indicarles cuáles organismos, excluyendo a la membresía, están facultados para escoger el padrón electoral o método a ser utilizados.
Se convocó al Comité Central, que es la dirección e instancia superior del Partido después del Congreso Nacional, para el próximo sábado 27 del corriente, a fin de decidir como método de escogencia la realización de primarias abiertas, lo sorprendente es que esto se considere como la opción, cuando por tradición desde la fundación del partido no es el método que nos ha hecho exitosos.
El Congreso Nacional partidario, y no otro organismo, es el que tiene la atribución de hacerlo. Según el artículo 10 de nuestros estatutos, integran el Congreso; todos los miembros del CC, los Presidentes de los Comités Provinciales, Municipales, Intermedios y de Circunscripciones Electorales del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo y de las Seccionales. Todos esos compañeros suman más de tres mil.
El régimen democrático descansa en el sistema de partidos, sesgar su libertad de asociación y limitar su capacidad de representación, termina por crear crisis, porque la realización de primarias abiertas o cerradas impuestas por ley afecta nuestros derechos. El debate no debería centrarse en quien tiene mayoría numérica, sino en el valor político de la consulta interna, y en el caso del PLD, de tomar una decisión que lastime las bases quien saldrá derrotado será el propio partido, no un sector de este.
Todas las decisiones del comité central que violenten la Constitución de la República y los estatutos del partido, que son nuestra norma, serían anulables y eso lo saben quiénes están promoviendo que se ejercite la inconstitucionalidad. La inteligencia política nos convoca a realizar un referéndum, a fin de modificar y adecuar la nueva ley a los estatutos partidarios.
En la coyuntura política actual es de suma importancia llamar la atención, fundamentalmente a los compañeros que conforman la alta dirección del Partido. Los propios estatutos de nuestra organización establecen en su artículo cinco, que es imprescindible la unidad y que la misma debe coexistir con el partido y quien atente contra la unidad, estaría atentando contra la unidad del partido.
De don Juan aprendimos que la democracia interna privilegia el equilibrio, para mantener la cohesión del partido a través del consenso, y que la responsabilidad de ello recae fundamentalmente en su liderazgo. Cuidémonos de negar a Bosch, pues estaríamos negando la propia génesis de la causa que nos convocó y que nos ha permitido gobernar el país en democracia durante dieciocho años.