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Policías federales brasileños cumplen hoy 22 órdenes de arresto contra políticos en Río de Janeiro por una red de corrupción que involucró la compra de votos de parlamentarios y la distribución fraudulenta de cargos públicos.

Bautizada como Furna da Onça (Cueva de la Onza), la acción se eslabonó a la operación Cadena Vieja, que detuvo hace un año al entonces presidente de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, Jorge Picciani; y a los diputados Paulo Melo y Edson Albertassi, del Movimiento Democrático Brasileño.

El Ministerio Público Federal divulgó los nombres de 10 políticos, blancos de las disposiciones de arresto, las cuales también fueron remitidas contra Picciani (en prisión domiciliaria), Albertassi y Melo.

Según la Policía Federal (PF), el grupo criminal estaba encabezado por el exgobernador Sérgio Cabral, quien permanece preso, y con el soborno se intentaba garantizar que intereses de políticos participantes de la red fueran atendidos en el parlamento estadual.

Aparecen también como blancos de la operación el presidente del Departamento de Tránsito, Leonardo Silva Jacob, y su predecesor Vinícius Farah, elegido diputado federal en las justas comiciales de octubre.

La PF indicó que «la mensualidad» se pagaba por medio de contratos estatales y federales, y los parlamentarios se beneficiaban con la distribución de cargos en órganos públicos del Estado.

El Gobierno de Río de Janeiro comunicó que «desconocía los hechos y que no tuvo acceso a los documentos del proceso».

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