El candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) del El Salvador, Hugo Martínez, consideró que uno de los grandes desafíos de los partidos progresistas en el gobierno es lograr que siga creciendo la cuota de hogares sacados de la pobreza y dar respuesta a la clase media que han expandido durante sus mandatos.
El exministro de Relaciones Exteriores salvadoreño se refirió al tema durante la conferencia que ofreció en el auditorio de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), con el tema: “Las izquierdas latinoamericanas en los nuevos tiempos”.
Al hablar ante un auditori con la presencia del presidente de Funglode y expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, Presidente del PLD, Martínez sostuvo que el mayor desafío de los partidos de izquierda en Latinoamérica es adaptarse a los nuevos tiempos y las nuevas formas de hacer política. Precisó que estos cambios deben hacerlo sin renunciar a sus valores y principios de justicia social.
Ponderó en el contexto las cifras que indican los miles de ciudadanos que los gobiernos de partidos de izquierdas han sacado de la extrema pobreza, como parte de políticas sociales que se corresponden con su filosofía de trabajo en favor de las mayorías. Que las clases medias que esas mismas políticas han producido se expresen mediante reclamos para mantener o elevar sus niveles de bienestar fue otro aspecto que subrayó, para indicar que hay que darles respuestas.
Pasar de la superficialidad a lo profundo en la política y la forma de gobernar también fue parte de su reflexión, con la advertencia de que “eso conlleva un proceso”.
Al respecto, se planteó tres preguntas que consideró “claves” y se las deben hacer a cualquier candidato; “¿qué vas a hacer?, ¿cómo lo vas a hacer? Y, lo más importante, ¿con qué lo vas a hacer?, ¿de dónde vas a sacar los recursos para hacerlo?”. A continuación dijo que “si alguien no resiste esa prueba del ácido, pues no va a ser un buen presidente porque no sabe como va a hacer las cosas, ni con qué las va a hacer”.
En otro momento de su disertación, según la reeña de fuglode, Martínez, quien fue secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), argumentó que este y otros organismos de integración como el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), tienen que ser desburocratizados, para hacerlos “más ágiles”.
Haciendo referencia a parte del público presente, entre los que se encontraban diutados al de PARLACEN dominicanos, como los dirigentes políticos Tony Raful y Manolo Pichardo, dijo: “Algunos de ustedes han hecho algún aporte en esa dirección”.
La buena integración, añadió, es aquella que le ofrece resultados concretos a sus ciudadanos, un programa de movilidad académica. “No soy muy amigo de las copias, pero como lo fue el programa Erasmus -Programa Europeo de Educación, Formación, Juventud y Deporte- en Europa, que logró no solo una preparación de los jóvenes, sino un sentido europeo, eso es lo que necesitamos nosotros también, forjar en las nuevas generaciones un sentido Centroamericano, una identidad Centroamericana y eso pasa también por la formación y la educación”, manifestó Martínez.
Dijo, además, que llegar al gobierno no es el fin en sí mismo, sino que estar en el gobierno es un medio para lograr un fin, un proyecto programático, un proyecto de lucha contra las desigualdades, la generación de oportunidades, el rechazo a los extremismos, a los populismos, el rechazo al fascismo, al nazismo que ha resurgido en Europa.
Agregó que para él, lo más importante al final del día son los resultados; “qué resultados se le entrega a la población para generarle oportunidades y para mejorarle las condiciones de vida”, expresó.
A seguidas manifestó que prefiere una izquierda que le entregue resultados a la gente, que le resuelva los problemas y, por supuesto, que siempre esté preocupada por las definiciones teóricas, pero que no se quede en la narrativa, y llegue a los hechos.
Martínez, en otra parte de su intervención refirió que las crisis y los problemas de derechos humanos que se dan en los países, los ve independientemente del signo político del gobierno que está en esa nación. “No me gusta el doble estándar, no me gusta condenar un problema que se da en un país, porque no es afín a mi ideología”, indicó, y agregó que tampoco opta por callarse cuando la situación se da un Estado gobernado por un sistema con el que se identifica ideológicamente.