Varias empresas compiten en el diseño de un vehículo totalmente autónomo, realizando pruebas en importantes ciudades del mundo.
Zenuity, desarrolladora de sistemas de seguridad para automóviles, como cinturones, bolsas de aire y sistemas electrónicos, está centrada en el software y se ha aliado con Ericsson para avanzar en la conducción autónoma.
Desde Suecia, los responsables de comunicación han explicado que por el momento no están realizando pruebas reales de conducción autónoma.
Se toman datos en Europa, Estados Unidos y Malasia con autos que llevan un conductor profesional a pruebas de campo para recopilar información que ayuden a desarrollar y verificar funciones de seguridad activa, según los investigadores.
“Simplemente estamos trabajando con datos para hacer que el futuro de un automóvil sea seguro y así poder salvar vidas”.
En todo el mundo hay unos 10 vehículos de este tipo en una misión de unas 25 semanas, medio año dando vueltas para recopilar información, confirmaron.
Aunque no ofrecen muchos datos sobre el tipo de tecnología utilizada, el objetivo es que su sistema reconozca elementos imprescindibles para andar por las vías seguros. Por ejemplo, “las marcas de carril son diferentes según los países”.
También se requiere estudiar cualquier elemento en la pista: otros vehículos, personas, bicicletas y camiones; así como las posiciones geográficas.
No son los únicos
Algo parecido están haciendo empresas como Mobileye –compañía de Israel adquirida por Intel para poder posicionarse en el mercado del autónomo.
“Trabajamos con un sistema de inteligencia artificial basada en imágenes, que es lo que permite mantener el vehículo en el carril o guardar las distancias de seguridad”, explica el vocero de la empresa en España.
Por ahora, estos Sistemas avanzados de asistencia (ADAS), suponen una ayuda a la conducción, pero también un paso previo para automatizarla por completo, basándose en mapeo, sensores y comunicación con otros vehículos.
Perspectivas de este modelo
En general, los fabricantes trabajan con Mobileye, mientras las tecnológicas como Uber y Google van por su cuenta.
La firma israelí considera debería existir un sistema único y aspira a la adopción como estándar de su modelo Responsibility Sensitive Safety (RSS). “Igual que las carreteras son comunes, los mapas que nos guíen por ellas también deben serlo”.
En Barcelona, por acuerdo entre el Ayuntamiento y la Dirección General de Tráfico, DGT, Mobileye hará ese trabajo que aspira a llevar luego a toda España.
Entre 2019 y 2021, 5 mil vehículos van a mapear el entorno metropolitano gracias a los sistemas inteligentes y con la colaboración de Correos, y empresas como Leche Pascual, que los incorporarán a sus flotas.
El interés de la DGT se explica porque “hay que conocer la tecnología para poder regularla”. La tecnología siempre delante de la legislación y hay que estar cerca para influir en el desarrollo de la seguridad, según el representante de Mobileye.
Ventaja legal de España
Pioneros hace años, y más recientemente, se han hecho pruebas a nivel experimental de autonomía, en el marco de concretos proyectos de investigación.
También se ha visto favorecida por el curioso resquicio legal en la Convención de Viena de 1968 sobre Seguridad Vial, de que los vehículos tienen un conductor, lo cual impedía en la práctica la existencia de coches autónomos.
Aunque España había suscrito el convenio nunca lo ratificó, lo cual casi dejaba libre estas pruebas y suponía una ventaja competitiva en tal tecnología.
Simplemente había que informar a la DGT sobre la realización de la prueba y el tipo de tecnología a emplear, mientras que en otros países europeos, recuerdo el caso de Hungría, sólo se podía llevar a cabo en un circuito aislado.
Esta circunstancia ha permitido posicionarse en años pasados, cuando se daban los primeros pasos. Ahora la convención ya ha sido actualizada, eliminando esa ventaja competitiva, pero aun así se mantiene cierta inercia por lo avanzado antes y Mobileye sigue apostando por España frente a otros sitios de Europa.
Más de 30 estados en los EU, han establecido alguna regulación en licencias, pruebas y seguros sobre los coches autónomos, pero aún sin normas federales.
California, Arizona y Florida están a la vanguardia, mientras otras administraciones ven la oportunidad de atraer inversiones automovilísticas y tecnológicas.