Editorial

La República Dominicana hizo su debut en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas llamando la atención sobre los impactos de las catástrofes naturales sobre la paz y la seguridad.

El canciller de República Dominicana, aprovechando el escenario de una ceremonia de presentación de los nuevos integrantes del Consejo trazó el eje central que guiará la presidencia del órgano, la que le corresponde en el presente mes de enero.

República Dominicana, los países del Caribe y los pequeños Estados insulares, son altamente vulnerables a los efectos de las catástrofes naturales, las que se ha comprobado no son fenómenos aislados, teniendo mucho que ver con el cambio climático que daña la economía, la vida de nuestra gente y por ende la tranquilidad y la paz.

La representación dominicana al delinear sus propósitos presidiendo el Consejo de la ONU, retomó el planteamiento que hiciera ante la Asamblea General en el 2017, cuando exigió que los países asuman sus responsabilidades en el calentamiento global y tomen medidas para contrarrestarlo, reclamando a las Naciones Unidas que creen un fondo especial para ayudar a los Estados pobres cuando sufren desastres naturales.

En esa oportunidad planteó buscar la manera de apoyar los gobiernos que no pueden enfrentar solos la reconstrucción de sus respectivos países por los daños provocados por estos desastres naturales.

La defensa del medio ambiente y el llamando para que la comunidad internacional preste atención sobre los impactos de las catástrofes naturales sobre la paz y la seguridad son algunos de los puntos que ocuparán la atención del país en el Consejo, en el cual debuta presidiéndolo en este Enero y cuya membresía se extenderá por dos años.

Si somos consecuentes como nación procurando sensibilidad y solidaridad ante las tragedias ocasionadas por los fenómenos naturales, en el tiempo de permanencia en el Consejo no debe pasarse por alto un tema de vital importancia para el país y porque no decirlo, para la región, la situación del vecino Haití.

La presencia nuestra en ese órgano especial de la ONU es una oportunidad para explicar debatir y mostrar nuestra política migratoria, analizada y frecuentemente criticada, por una comunidad internacional que solo ve una arista de un tema complejo.

Haití es una cruda realidad en términos políticos, económicos, de medio ambiente. El caos es predominante. Nosotros que somos sus vecinos más cercanos, un país en vía de desarrollo, no puede solo con esa pesada carga. La comunidad internacional tiene que mirar a nuestros vecinos y hacer los aportes correspondientes para que se salga de ese letargo.

La presencia de República Dominica en el Consejo de Seguridad de la ONU es una oportunidad para reducir la presión de la fuerte carga que son nuestros vecinos y conseguir que la mirada de la comunidad internacional vuelva al Estado que recién cumplió 210 años de independencia, aunque sumido en el olvido y la pobreza extrema.

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