Centrales sindicales y movimientos populares protagonizaron actos en 12 estados brasileños contra el proyecto de reforma del sistema de jubilaciones entregado en la jornada por el presidente Jair Bolsonaro al Congreso.
En repudio a la propuesta, la Plaza de la Sé, en el centro de Sao Paulo, fue tomada por esas fuerzas que formaron la llamada Asamblea Nacional de la Clase Trabajadora, la cual además emergió en al menos 11 estados del país, con el objetivo de trazar una agenda de acciones contra la iniciativa del ministro de Economía, Paulo Guedes.
Según el portal Brasil de Fato, entre los principales puntos criticados en la reforma, defendida por el Ejecutivo, está la creación de un nuevo sistema de previsión, basado en la capitalización, y el establecimiento de una edad mínima para jubilación de 65 años para hombres y de 62 para mujeres (actual 60 y 55), al final de un período de transición de 12 calendarios.
Además, los beneficiarios tendrán que contribuir por un mínimo de 20 años.
«La Asamblea Nacional es el primer paso para eliminar la reforma de la Previdencia. Una reforma que hiere especialmente a las mujeres e impone la capitalización», afirmó Renata Francia, de la dirección nacional de la Central Sindical y Popular-Conluchas.
Puntualizó que «si esta reforma es para la votación, es huelga general».
Los profesores de la red municipal de la enseñanza de Sao Paulo, que permanecen en huelga desde el 4 de febrero, también se dirigieron a la Plaza de la Sé a pronunciarse contra la reforma.
«Nuestra huelga muestra el camino y es posible resistir, luchar y derrotar el proyecto… Sea la municipalidad, estatal y principalmente la reforma de la presidencia de Jair Bolsonaro», dijo Silvia Ferraro, profesora e integrante del Frente Pueblo Sin Miedo, citada por el sitio digital.
«Esta reforma no es reforma, es la demolición de la previsión pública», subrayó Ferraro.
Para Nádia Gebara, de 66 años, la retirada de derechos en el área previsional ya sucede por medio de medidas como penalizar a trabajadores alejados por enfermedad.
La reforma empeorará la situación de los brasileños. «Además de aumentar la edad mínima, junto con la reforma laboral, impide a las personas conseguir jubilarse a cuenta del tiempo mínimo de contribución», denunció Gebara.
El Gobierno calcula que la reforma permitirá ahorrar un billón de reales (cerca de 270 mil millones de dólares) en los próximos 10 años.
Por tratarse de una propuesta de enmienda a la Constitución, la reforma de la Previdencia necesita ser votada en dos turnos en la Cámara de Diputados y luego en el Senado, con el apoyo de al menos dos tercios de los diputados y de los senadores en cada votación.