El Sistema Eléctrico Nacional de Venezuela se restablece paulatinamente luego de un segundo sabotaje perpetrado en la tarde de este sábado, notificaron hoy autoridades venezolanas.
Los directivos de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) laboran tras un nuevo ataque electromagnético y cibernético perpetrado tras restablecerse el 70 por ciento de la generación de los 18 estados afectados el pasado 7 de marzo.
Al respecto, la alcaldesa de Caracas, Erika Farías, en programación especial de Venezolana de Televisión informó que en la capital ya 22 parroquias cuentan con el servicio, con altas y bajas en la distribución.
La directiva territorial reiteró que «el trabajo de recuperación del sistema eléctrico es progresivo, puede fluctuar pero el equipo de Copoelec está comprometido, y trabaja para normalizar la situación en todo el país».
Farías aseguró que a medida que llega la electricidad en las diferentes áreas comienza el expendio de combustible en las gasolineras y se trabaja para al unísono comenzar a bombear agua.
En ese sentido, el presidente de la República, Nicolás Maduro, mediante la red social Twitter, destacó que el Sistema Eléctrico Nacional ha sido objeto de múltiples ataques cibernéticos que ocasionaron su caída y han impedido los intentos de reconexión nacional.
«Sin embargo, hacemos grandes esfuerzos para, en las próximas horas, restaurar el suministro de forma estable y definitiva», escribió el mandatario en la plataforma digital.
Asimismo, Maduro orientó garantizar la distribución de los productos básicos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el suministro del servicio de agua potable e insumos necesarios para el pueblo y los hospitales a nivel nacional.
Por su parte, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, detalló que el Plan Especial de Vigilancia y Patrullaje está activo durante las 24 horas en todas las regiones, para evitar disturbios, principal objetivo de la derecha local y el gobierno de Estados Unidos quienes pretenden crear un caos interno para justificar una intervención militar.