La denuncia del denominado PRM ante la Procuraduría General de la Republica para que se investigue y posteriormente se acuse formalmente al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), por lavado de activos, por su tinte politiquero e irrelevante pasó desaperciba, pero debe verse como señal que consolide las iniciativas unitarias a lo interno del PLD.
La dirigencia de la citada agrupación política opositora ha procurado cientos de maneras para desacreditar al gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana con la finalidad de ganar adeptos, porque tiene claro que en una nueva competencia electoral volverán a morder el polvo de la derrota.
De forma disimulada y abierta han respaldado y financiado movimientos sociales y contestatarios al gobierno, buscando afanosamente una mejor colocación en los niveles de simpatías del mercado electoral, intentos en los que han fracasado.
Desde el Congreso y en las instancias municipales que dirigen se presentan como graciosos, con lo que no han podido superar la frustración que siente el votante que inclinó su sufragio por ellos.
En las comisiones del Congreso favorecen los proyectos y cuando se debate en el pleno sacan debajo de la manga cartas de rechazo a lo que consensuaron anteriormente, manifestando así un comportamiento políticamente irresponsable.
Al inicio de la semana pasada presentaron una “Denuncia para Fines de Investigación y posterior acusación formal”, en contra del PLD, bajo la imputación de violación del artículo 3 de la Ley 155-17 sobre Lavado de Activos y el Financiamiento de Actividades Terroristas.
Lea bien el PRM, con un pasado de tirantez y confrontaciones internas violentas, con antecedentes de sometimiento a dirigentes por acto de corrupción, denuncia al PLD con la quijotesca imputación de Lavado de Activos y el Financiamiento de Actividades Terroristas.
Ni a los radicales derechistas ni los ortodoxos de la izquierda dominicana le ha pasado por la cabeza pensar que desde el PLD se financian actividades terroristas.
Una denuncia descabellada, que se manifiesta como un acto politiquero. La politiquería es una degeneración de la práctica política. Son intervenciones y actos con propósitos turbios, para ganancia personal o de un grupo, aprovechándose de forma egoísta del poder o la posición pública.
El derecho se fundamenta en hechos y pruebas
Se acude a la Procuraduría General de la República recurriendo a la denuncia pura y simple, con el propósito de enlodar a quien denuncian.
El ejercicio del derecho debe ir más allá de los enunciados o palabrerías, se fundamenta en hechos y pruebas.
Dicen fundamentar su denuncia en declaraciones de Temístocles Montás y Víctor Díaz Rúa en el caso de la acusación de los supuestos sobornos de la constructora brasileña Obdebrecht.
Es falso que los citados dirigentes del PLD hayan confesado haber recibido fondos de manos de la empresa brasileña. Por separado, si dijeron que recibieron recursos de empresarios para la promoción de candidaturas o campaña electoral, lo que no está prohibido, ni siquiera las recién promulgadas Ley de Partidos y del Régimen Electoral lo prohíben, aunque con justicia lo limitan.
Sin duda alguna estamos ante la presencia de un acto ridículo en términos jurídicos y una expresión politiquera e irresponsable a la que ese grupo opositor tiene acostumbrado al país.
El PLD ha hecho uso de los recursos de campaña, como lo hacen todos los partidos. Ellos han tenido y tendrán sus cuentas de campaña, que por cierto, poco se sabe de su rendición de cuentas.
Como muy bien expresara el Presidente del Colegio de Abogados de la República Dominicana, este tipo de denuncia sin fundamento, solo con el propósito de hacer daño al contrario, hace un flaco servicio a la lucha contra la corrupción y un descrédito al sistema de partidos, del cual la agrupación denunciante forma parte.
Es un tremendismo
Siguiendo la frase “miente, miente, que algo queda», desde el denominado PRM se recurre a la calumnia y a tergiversar hechos para denostar al PLD y al gobierno, solo con la meta de ganar adeptos.
Poco les importa si lo que dicen afecta al sistema de partidos, a la democracia, a la justicia, al país, manifestando así una conducta cínica y resuelto a usar cualquier arma innoble para prevalecer.
Es un tremendismo imputar al Partido de la Liberación Dominicana violación a la Ley de Lavado de Activos y lo que es peor “el Financiamiento de Actividades Terroristas”, que como decimos al inicio, debe ser vista a lo interno del PLD para consolidar las iniciativas unitarias.
La prematura competencia por candidatura ha hecho que se pierda de vista que nos cubre la sombra del más exitoso partido político de República Dominicana, creado sobre las ideas del gran maestro de la política, el Profesor Juan Bosch, quien predicó con el ejemplo.
Denuncias tan descabelladas como la expuesta deben servir para que se entienda, que el PLD se sitúa más allá de los intereses personales o de corrientes, que como lo expresara Juan Bosch “En el PLD se lucha sin descanso contra la mentira, el chisme, el abandono de los deberes partidistas y las tareas que le corresponden a cada quien” (Juan Bosch Notas sobre táctica y estrategia. Vanguardia del Pueblo Numero 396).