El papa Francisco reiteró hoy aquí sus críticas contra las murmuraciones, el chisme y las habladurías contra los demás las cuales calificó como «el ejercicio más dañino entre nosotros».
Durante el rezo dominical del Ángelus ante miles de feligreses congregados en la Plaza de San Pedro, el sumo pontífice señaló que esas actitudes destruyen la familia, la escuela, el puesto de trabajo, el área de residencia y añadió que «por la lengua comienzan las guerras».
A partir de un pasaje bíblico, Francisco pidió pensar en «esa enseñanza de Jesús» y preguntarse a sí mismo: ¿Yo hablo mal de otros? ¿Yo busco siempre ensuciar a los demás? ¿Para mí es más fácil ver los defectos de los demás que los míos? y, precisó: tratemos de corregirnos al menos un poco, «nos hará bien a todos.
