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El canciller, José Valencia, ratificó que Ecuador actuará en apego al derecho internacional con Julian Assange, sobre quien se rumora podría perder el asilo otorgado en la embajada de Quito en Londres desde 2012.
En breves declaraciones a la prensa desde la sede del Ministerio de Relaciones exteriores y Movilidad Humana, Valencia volvió a rechazar informaciones que circulan en Internet sobre un posible acuerdo con el Reino Unido para poner fin a su estatus en la misión y propiciar el arresto del ciberactivista australiano.
Al respecto, volvió a insistir en que esos datos falsean la verdad y añadió que cualquier determinación Quito la adoptará sin presiones y de manera soberana, independiente y autónoma.
Ecuador ha manifestado una y mil veces que va a actuar en el tema del señor Assange con apego al derecho internacional, va a seguir los procedimientos del caso y desde ningún punto de vista tiene ni estará sujeto a presión externa, recalcó.
Asimismo, recordó que el australiano fundador del portal web WikiLeaks, tiene una deuda pendiente con la justicia británica por la violación de su libertad provisional en el año 2012, lo cual es independiente de cualquier decisión del estado ecuatoriano.
Por otra parte, señaló que ya fue autorizada una visita al informático, por parte del relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la privacidad, Joe Cannataci, prevista el próximo 25 de abril, tras una denuncia del ejecutivo ecuatoriano por la filtración de correspondencia y fotografías del presidente, Lenín Moreno, y su familia, atribuidas a WikiLeaks.
En ese sentido, el canciller advirtió que el Gobierno nacional también podría iniciar una pesquisa sobre esa situación y temas como determinar si realmente tiene acceso a internet, derecho que se reserva el país.
De otro lado, el equipo legal del australiano, naturalizado ecuatoriano, mantiene que las denuncias contra de Assange y los presuntos vínculos con las filtraciones recientes, forman parte de una estrategia para poner fin a su asilo, algo que el propio mandatario ecuatoriano ha dicho: debe ocurrir, más temprano que tarde.
El principal temor radica en que las autoridades británicas lo detengan y luego lo extraditen a Estados Unidos, donde puede ser severamente juzgado por las revelaciones, a través de su página digital, de miles de documentos clasificados, sobre prácticas inapropiadas del territorio norteño.
En medio de esa situación, continúan los pedidos frente a la sede diplomática en Londres y en las redes sociales, de liberar al ciberactivista, cuya vida, según muchos, corre peligro.

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