Opinión

Porque los hechos históricos son únicos e irrepetibles y, a la vez aleccionadores para las futuras generaciones, acudimos a tres importantes épicas acaecidas en el mes de abril que surten y son dignas de la memoria histórica del pueblo dominicano, a propósito del 54 aniversario de la segunda invasión militar de EE.UU en la RD.

En la RD, con sangre, dolor y valiente patriotismo, en abril, se escribieron tres históricas lecciones: La Revolución Constitucionalista, iniciada el 24 de abril de 1965; la mancilla de la soberanía nacional por militares norteamericanos, el 28 de abril de 1965; y las atrocidades que se cometieron contra la poblada del 24 de abril de 1984, productos de las abusivas recetas económicas del FMI.

“La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.” Ese válido juicio del gran Miguel de Cervantes nos motiva para aprovechar este espacio a los fines de reiterar breves pinceladas sobre esos tres memorables acontecimientos:

1.- Con el noble objetivo de reponer la Constitución del 1963 y al gobierno legítimo y democrático del Prof. Juan Bosch, que había sido derrocado por un nefasto golpe de Estado, el 25 de septiembre del 1963, el pueblo se levantó en arma el 24 de abril de 1965.

Ahora, que también se recuerda el 54 aniversario de ese importante acontecimiento, y que en la RD se vive en democracia, se respetan los derechos humanos y disfrutamos de libertades, consideramos necesario abrevar en la fuente de esos acontecimientos y continuar rindiendo merecidos honores a los héroes y mártires de la “Revolución de Abril” porque, a expensa de sus vidas, escribieron otra página de gloria, valentía y decoro que caracterizan al pueblo dominicano.

2.- El legado patriótico de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón renació a través de los militares constitucionales, liderados por los Coroneles Rafael Tomás Fernández Domínguez y Francisco Alberto Caamaño Deñó quienes, en desigualdades en pertrechos de armas, enfrentaron con arrojo y determinación la segunda invasión norteamericana.

Los 42 mil marines yanquis que desembarcaron, el 28 de abril de 1965, con el expreso propósito de frustrar los objetivos de la “Revolución de Abril”, convirtieron la lucha popular por la vuelta a la constitucionalidad y al gobierno del Presidente Bosch, en una auténtica Guerra Patria, en aras de defender el principio de autodeterminación y libre albedrío de los pueblos y preservar la independencia y soberanía nacional.

3.- Los sorpresivos aumentos de los precios de los principales productos de la canasta familiar que generó el acuerdo que firmó el Presidente Jorge Blanco con el FMI, produjo una espontánea reacción del pueblo los días 23, 24 y 25 de abril de 1984 que, mediante múltiples acciones callejeras, enfrentó a policías y militares, con una secuela de destrucción de propiedades públicas y privadas, miles de presos, heridos y muertos.

Esa violenta acción, conocida como la “Poblada de Abril”, estremeció las bases de sustentación popular del gobierno perredeista, afectó sensiblemente la simpatía política de una importante franja social hacia el PRD y tuvo un gran impacto en el quehacer político nacional que, sin lugar a dudas, sirvió de plataforma para el retorno a la presidencia del Dr. Balaguer por otros diez años (1986—1996).

La adecuada valoración de esos tres acontecimientos son valiosos pilares en la memoria histórica de la RD que, si las presentes y futuras generaciones se empoderan de sus respectivos significados, serán importantes alicientes para el sano aprendizaje de los hacedores de opinión pública, de los dirigentes de organizaciones políticas, sociales y culturales con lo cual se elevarían los sentimientos de pertenencia para continuar construyendo una RD moderna, próspera, más democrática y con un futuro promisorio

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