Opinión

Los personajes destacados en nuestras sociedades tienen en común para hacer su entrada al campo cinematográfico la facilidad para ser convertidos en productos mercadológicos de fácil venta y en el riesgo de que en su abordaje por parte del realizador choque con la imagen cuasi estática que de él tienen los espectadores.

A veces la mejor receta es una versión no autorizada o una que esté a una prudente distancia de la iconografía oficial de la persona que se pretende retratar y asumir la ingrata labor del traductor traidor, traicionar la forma, para serle fiel al contenido.

Uno de los retos más difíciles es contar con familiares o amigos de la figura a biografiar en posiciones que puedan poner trabas o coartar las decisiones artísticas. La tendencia natural es querer eliminar o suavizar las aristas más polémicas de la vida del sujeto por aquello de proteger su legado y mantener la imagen ideal que de él tienen las personas.

Las objeciones hechas a Bohemian Rhapsody por parte de la crítica y de los fans más sensatos de Freddy Mercury estuvieron centradas en la decisión de desdibujar la orientación sexual de Freddy y darle un tratamiento casi anecdótico a su lucha contra la enfermedad del Sida que contrajo. El resultado es una biografía edulcorada donde está el personaje y su música pero no está su alma, le faltan hechos y atmósfera.

En el cine dominicano existen varias aproximaciones a personajes y figuras destacadas, pero de entre ellas queremos colocar en el foco analítico en dos: Veneno, primera caída: El Relámpago de Jack (2018) de Tabaré Blanchard y Rubirosa (2018), La trilogía, dirigida por Carlos Moreno, Hugo Rodríguez, Manolo Cardona y Mauricio Lule. Veneno se enfoca en el ídolo de la lucha libre dominicana y Rubirosa en la vida del famoso playboy.

Envenenando un Rubí.

La decisión del director Tabaré Blanchard, junto al inspirador de esta aventura y guionista de la misma, Riccardo Bardellino, eligiendo el camino de una versión libre o no literal de la vida de la figura emblemática de la lucha libre local, probó que para describir la vida y milagros de Jack Veneno en Veneno, primera caída: El Relámpago de Jack, la aproximación era altamente conveniente porque le permitía una gran libertad creativa a la hora de resaltar los elementos más importantes de la vida de Jack.

Acudir a la religiosidad popular era darle un toque de esa identidad dominicana a un enfrentamiento tan viejo como la humanidad, la lucha, y nunca mejor dicho, del bien contra el mal. La línea de un Jack Veneno encarnando el bien por medio de un catolicismo sin fisuras que representa la luz, tiene como contrincante a Relámpago Hernández, el llamado genio del mal, que es apoyado por las fuerzas oscuras, ambos rodeados por un universo repleto de lo mágico religioso.

Afiche Veneno

Jack Veneno y Relámpago Hernández le sirven al realizador Blanchard para describir además, una época socialmente convulsa, mezclando el espectáculo y la cultura popular en una reinterpretación desde la sensibilidad contemporánea para producir una conexión con los nuevos espectadores, dándole un lugar destacado a estos protagonistas del entretenimiento.

El colectivo que construyó la trilogía Rubirosa acudió a un recurso arriesgado que fue la transformación de un personaje que se destacó en el ejercicio de la virilidad masculina, cosa que mucha gente llama «playboy», disfrutando de las mieles de la dictadura de Trujillo, y en la película, ellos lo convierten en un opositor a ese gobierno sangriento.

La guinda al pastel en los cambios de la figura de Porfirio Rubirosa fue el uso de la leyenda urbana que circula, en la que se dice que inspira al personaje James Bond. Ni esta transformación ni la otra agradaron a una cantidad apreciable de espectadores, una parte por el componente político y otra por el dramático.

Ese maremágnum de acontecimientos y personajes de por sí no es un obstáculo para producir un buen film, pero como en la gastronomía la acumulación de mixturas representan un reto para que el chef logre un buen plato, en el caso de Rubirosa se desdibujó una figura histórica sin que la alternativa fuera realmente creíble.

Venenos y playboys.

Al acudir a las versiones libres se toma en cuenta de que esa libertad tiene límites, y cuando se cruzan forzadamente, el producto artístico resultante es insatisfactorio. “El sueño de la razón produce monstruos”, se titulaba un grabado de Goya, y si es así con la razón, sabemos que los excesos de ella producirá cosas inimaginables.

Veneno, primera caída: El Relámpago de Jack de Tabaré Blanchard y Rubirosa de Carlos Moreno, Hugo Rodríguez, Manolo Cardona y Mauricio Lule acuden a la versión libre de personajes populares e históricos como lo son Jack Veneno y Porfirio Rubirosa con fortuna desigual, pues mientras Veneno es iluminado por un relámpago, Rubirosa estrella su vehículo contra un árbol.

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